Buena victoria de la selección española, más aún de lo que dice el marcador final. España se impuso ayer a Argentina por 2-1, en el encuentro que conmemoraba el discutido y discutible centenario de la Federación Española de Fútbol.
Hay quien llegó a medir el nivel de los argentinos según los resultados obtenidos en la fase de clasificación sudamericana para el Mundial, pero los que entendemos un poquito de fútbol sabíamos que eso era algo engañoso. El equipo de Maradona, algo alocado en ocasiones, sigue siendo un conjunto aguerrido y competitivo al 100%, y lo demostró en el Vicente Calderón; en un estadio, el rojiblanco madrileño, que ayer registró una notable presencia de seguidores de la albiceleste. 
España salió jugando al fútbol, y durante la primera parte lo consiguió, ante unos argentinos que emplearon la dureza por encima de todo, como si el partido de ayer fuera la mismísima final del Mundial. Uno, como espectador, agradece que un equipo como Argentina se tome totalmente en serio estos partidos porque, a la larga, salen beneficiados el espectáculo y la emoción; pero ayer se pasaron un poco.
Prueba del mejor juego de los de Del Bosque fue el primer gol, que llegó a los 15 minutos. La selección hilvanó una jugada al primer toque por la izquierda, tras la cual el balón le llegó a Silva, quien recortó a su rival y lanzó un disparo que rechazó el meta argentino Romero, pero Xabi Alonso, rápido y muy atento, se adelantó a los centrales argentinos y marcó el 1-0. Poco después el árbitro, el irlandés Allan Kelly, se tragó un clamoroso penalti por manos de Coloccini bajo palos a disparo de Villa; y otro más que posible por derribo al propio Villa.
Partido distinto en la reanudación
Tras el descanso España se relajó y Argentina supo aprovecharlo. Los albicelestes fueron acercándose poco a poco al área del ya centenario Casillas -cien partidos con la selección con tan sólo 28 años-. Higuaín avisó con un disparo dentro del área con la derecha que se marchó rozando el poste; y poco después, a los 60 minutos, llegó el claro penalti de Albiol sobre Maxi Rodríguez, que transformó Messi. Un Messi que ayer volvió a no brillar como en el Barça -algo casi imposible con un sistema como el argentino-, pero que por lo menos se mostró más incisivo que en otros choques con su selección.
Tocaba activarse de nuevo, y España lo consiguió con la entrada de Cesc. La «Roja» volvió a poner cerco a la meta rival, y pudo marcar el 2-1 primero en un cabezazo de Sergio Ramos que se marchó fuera, y luego en un disparo de un «chuponcillo» en esa jugada Negredo, quien prefirió chutar antes que dársela a Cesc, quien venía en una mucho mejor posición. El 2-1 definitivo llegó a cinco minutos del final, cuando Demichelis desvió dentro del área con la mano un golpeo de Xabi Alonso. El penalti lo marcó, por la escuadra, el propio jugador guipuzcoano, firmando su doblete particular.
De ahí al final España pudo hacer algún gol más, primero cuando el ayer debutante Jesús Navas -diez minutos le dio Del Bosque- falló un mano a mano con Romero; y luego cuando Negredo mandó a las manos del meta argentino un cabezazo a centro del propio Navas. Pero la última gran ocasión la tuvo Argentina: a falta de 20 segundos para el final del tiempo de descuento -es decir, del partido- Demichelis, solo en el área pequeña, cabeceó fuera un saque de esquina, cuando Cambiasso estaba detrás suya igual de solo pero en mucha mejor posición que su compañero.
En resumen, un buen ensayo de lo que España se puede encontrar el próximo mes de junio en Sudáfrica. Una prueba que se superó por co…raje.
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