Marco Simoncelli ha fallecido esta mañana durante la disputa del Gran Premio de Malasia de moticiclismo. El italiano, uno de los pilotos más controvertidos de todo el “paddock”, derrapó en una curva durante las primeras vueltas de la carrera de MotoGP, y después de irse al suelo fue atropellado por Colin Edwards.
Ante la gravedad del asunto, y toda vez que el título ya estaba decidido en favor de Casey Stoner, los comisarios decidieron primero detener la carrera y luego cancelarla definitivamente. Minutos más tarde se produjo el fatal desenlace.
No me gustaba como piloto, fundamentalmente por sus reiteradas acciones y mal comportamiento sobre la pista -aunque últimamente estaba bastante regenerado en ese sentido-; pero ello no es óbice para pensar que, lógicamente, a sus 24 años no se merecía un final así.
La bajada de tensión final que impidió a Nico Terol sentenciar el título en 125cc y la desgracia de Marc Márquez que deja para él casi perdido el campeonato de Moto2 hoy quedan dos o tres escalones por debajo al lado de esta tragedia, la segunda en el campeonato del mundo en apenas un año, después de la del japonés Tomizawa en Misano 2010.
Descansa en paz, Marco…
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