A Roger Federer se le ha dado por “muerto” más de una vez. La primera, cuando en 2008, a los 27 años, el “huracán Nadal” le destronó en Wimbledon y le arrebató el cetro mundial. El caballero suizo -ayudado, todo sea dicho, por los problemas físicos de Rafa- se rehizo, y en 2009 no sólo recobró el liderato de la ATP sino que, además, colocó la bandera con sus iniciales en el único territorio que le faltaba por conquistar: París.
La segunda, en 2010, cuando Nadal, con el camino allanado por Soderling, volvió a ser número 1 en Roland Garros, e igualó la mejor marca del suizo de Grand Slams en un solo año: tres. Y la tercera, el año pasado con la irrupción del “terremoto Djokovic”. Federer, que pese a todo se mantenía en el “Top 4”, parecía relegado a los triunfos de segundo nivel, o a un fallo de alguno de los dos dominadores de la clasificación mundial para acceder de nuevo en un grande a un resultado medianamente acorde a su categoría.
Pero Roger se ha vuelto a recuperar, y ha resurgido de nuevo de sus cenizas, cual ave Fénix. Primero en la Copa Masters 2011; y luego, esta misma tarde con su séptimo Wimbledon, 17º título del Grand Slam, que además le permite conseguir un viejo anhelo, un logro que parecía definitivamente enterrado una vez perdida la cabeza de la clasificación mundial: igualar primero y superar después -esto se materializará en apenas una semana- a Pete Sampras como el tenista que más semanas ha estado, desde el inicio de la “era Open”, al frente de la ATP.
Nadie confiaba en él pero, en efecto, Federer lo ha hecho otra vez. Con su victoria de esta tarde ante Andy Murray -un escocés “adoptado” por los ingleses gracias a su condición oficial de británico- por 4-6, 7-5, 6-3 y 6-4, el “maestro” de Basilea ha obtenido su séptima copa en el All England Tennis Club; y con ello, a partir de mañana, su semana número 286 como rey del tenis, las mismas que “Pistol Pete”, al que superará sí o sí dentro de siete días, toda vez que la clasificación no se moverá de nuevo en sus primeros lugares al menos hasta después de los JJOO… de Wimbledon.
La sorprendente derrota de Nadal en segunda ronda le dejó de nuevo a las puertas del cielo; el imponente partido ante Djokovic en semifinales prácticamente se las terminó de abrir de par en par. Murray ha dado guerra; pero hoy no iba a ser el día en el que un británico -que no inglés- triunfara en Londres por vez primera desde Fred Perry en 1936.
Hoy el Olimpo le tenía reservada otra nueva jornada de gloria a Sir Roger Federer, a quien tan sólo le falta ya un pequeño detallito para ser el mejor en todo: llegar así a diciembre y sumar su sexto año como número 1 mundial, como Mr Sampras. Entre el US Open -“semis”-, el Masters 1000 de París-Bercy y la Copa Masters -campeón en ambos casos- defiende una enorme cantidad de puntos; mas nada es imposible para quien parecía monarca destronado, pero que en realidad es el gran campeón que nunca jamás dejó de serlo.
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