Pastor Maldonado, uno de los pilotos más prometedores de la actualidad, consiguió ayer una histórica victoria en el G.P. de España de Fórmula 1. Histórica porque es la primera vez que un venezolano hace sonar su himno nacional en el “Gran Circo”, y también porque la escudería Williams vuelve a ganar después de que Juan Pablo Montoya se llevara el G.P. de Brasil en 2004.
Maldonado, que ya se hizo el sábado con la “pole” en Montmeló tras la sanción a Hamilton, hizo una carrera simplemente perfecta pese a verse superado por el Ferrari de Fernando Alonso en la salida, y fue escoltado en el podium por el asturiano (que empata con Vettel en la cabeza del Mundial) y por el Lotus de Kimi Raikkonen.
Por su parte, las mejoras de Ferrari dieron resultado y, pese a que el coche todavía no está como ellos quieren (según Stefano Domenicalli), la evolución presentada aupó a Alonso a la segunda posición, aunque con un poco más de suerte y acierto en las estrategias hasta pudo haber ganado la carrera.
El asturiano, estorbado por el doblado Marussia de Charles Pic, perdió tras el primer “stint” la cabeza brillante ganada en la salida y durante algunas vueltas, en el tramo final, acosó a Maldonado hasta soñar con su segundo triunfo en casa (tras el de 2006 con Renault); pero estar tanto tiempo detrás del Williams en un circuito tan difícil para adelantar (pese a las mejoras en ese sentido con el DRS) fue demasiado para sus neumáticos, y a punto estuvo de perder la segunda plaza frente a un Raikkonen que, con blandos y nuevos, llegaba como un misil. Vettel, tras una irregular carrera, fue sexto; Hamilton remontó desde el último lugar hasta la octava plaza; y Pedro De la Rosa, con su HRT, finalizó su segundo GP de España.
La tremenda alegría en el box del equipo de “Sir Frank”, no obstante, a punto estuvo de trocarse en tragedia por la explosión sufrida apenas una hora después de la finalización de la carrera. Incidente que dejó un total de 32 heridos aunque, afortunadamente, ninguno de gravedad.
OLYMPIACOS TUMBA AL MILLONARIO CSKA
Sorpresa descomunal en la “Final Four” de la Euroliga. El todopoderoso CSKA de Moscú, el equipo hecho casi exclusivamente a golpe de talonario y que, según Andrei Kirilenko, podría jugar los play-offs en la NBA, cayó (62-61) en la final de una competición que parecía adjudicada de antemano para ellos.
Su verdugo, otro histórico como Olympiacos, que no obstante parecía llegar a Estambul casi como convidado de piedra pero que primero se cargó al Barça Regal, y luego a los rusos después de haber jugado horrorosamente en la primera mitad, y de haber remontado ni más ni menos que 19 puntos en los últimos doce minutos.
El doble error de Siskauskas desde la personal y una canasta en el último segundo del ex de Unicaja Giorgios Printezis -con “bombita” a lo Navarro pero desde el lateral-, el nuevo “héroe de El Pireo” terminaron de obrar un milagro para el que también fueron claves todo un clásico como Spanoulis y un joven valor como Kostas Papanikolau, autor de 18 puntos más 4 rebotes. Es el segundo título de los atenienses, tras el logrado en 1997. Ambos de la mano, desde el banquillo, del sempiterno Dusan Ivkovic. Tercero fue el Barça Regal, que ganó al Panathinaikos en la consolación.
FEDERER, CAMPEÓN SOBRE LA POLÉMICA TIERRA AZUL MADRILEÑA
El tercer gran triunfador del fin de semana es un joven veterano que no se cansa de ganar, que a sus 31 años continúa en la brecha del tenis mundial, y que sabe aprovechar como nadie no sólo su enorme calidad tenística sino también las peculiares condiciones de determinados torneos para seguir añadiendo triunfos importantes a su impresionante palmarés.
Hablo, por supuesto, de Roger Federer, vencedor por tercera vez del Masters 1000 de Madrid, todas ellas (2006, 2009 y 2012) en superficies diferentes: pista rápida, tierra batida convencional y tierra batida azul, un experimento que en 2012, digan lo que digan Manolo Santana y Ion Tiriac, no ha podido resultar más espantoso. No por el color, que al menos televisivamente es el ideal, sino por la incapacidad de dar con un compuesto adecuado para el cambio de ocre a azul, lo que ha ayudado a formar una pista que más que de tierra batida parecía de pista dura con la peligrosidad de los resbalones en la peor hierba. Es decir, ni tierra batida ni “ná de ná”. Deberán recapacitar y mejorar la calidad de la tierra, si no quieren que muchas de las principales raquetas empezando por Djokovic y Nadal dejen el torneo tocado y herido de muerte en próximas ediciones.
Pero mientras el serbio y el manacorí apenas se esforzaron desde el principio por disimular su asco al engendro presumiblemente auspiciado por la Mutua Madrileña -patrocinador del torneo y cuyo color principal es el azul-, Federer se puso las botas y aprovechó que las condiciones eran las más favorables para desplegar su fantástico tenis. Roger, a la chita callando y dejando la vehemencia para sus dos principales oponentes, fue deshaciéndose de quienes se cruzaron en su camino para terminar derribando en la final la resistencia de Tomas Berdych (3-6, 7-5 y 7-5), otro habitual de las pistas rápidas. El checo fue un durísimo rival para el suizo, que pese a todo terminó levantando su 20º Torneo Masters 1000, los mismos que Nadal, y arrebatándole a Rafa el número 2 mundial, casi en las vísperas de Roland Garros.
RUMANÍA, DOMINADORA EN LOS EUROPEOS FEMENINOS DE GIMNASIA ARTÍSTICA
Y no quiero terminar sin dejar de hacer referencia, como siempre, a un deporte tan especial para mí y tan importante dentro del mundo del olimpismo como la gimnasia artística. Rumanía, como en la mayor parte de los últimos años, ha sido la nación dominadora en los Europeos femeninos, que se celebraron la pasada semana en Bruselas. Unos campeonatos que, entre la deficiente cobertura de Teledeporte -una vez más- y la cantidad de eventos en disputa, no he podido seguir esta vez, pero cuya reseña jamás faltará bien en este espacio, bien en GIMNASTAS.NET.
Las rumanas, vencedoras el sábado de la competición por equipos por delante de Rusia e Italia, se llevaron ayer tres de los cuatro oros de las finales por aparatos -no hubo final múltiple individual o “AA”-, dejando sólo el de las asimétricas para las rusas, logrado gracias a la subcampeona mundial individual, Viktoria Komova.
Dos veteranas como Sandra Izbasa y, sobre todo, la gran Catalina Ponor, ganaron en salto y barra de equilirios, respectivamente; y una más jovencita como Larisa Iordache se hizo con la de suelo, por delante de Ponor. En salto, además, la gran “abuela” de la competición, Oksana Chussovitina ganó una nueva medalla a sus 36 años, y tiene visos de seguir dando mucha guerra en los próximos JJOO. Aliya Mustafina, la futura gran estrella de la gimnasia mundial hasta que se lesionó hace justo un año, reapareció y al menos pudo ir cogiendo de nuevo tablas y competición de cara a Londres 2012.
La gimnasia española consiguió una aceptable séptima posición en la competición por equipos. El grupo formado por Ana Izurieta, Mª Paula Vargas, Ainhoa Carmona, Silvia Colussi y Toya Rojas -quienes junto a otras ausentes como Claudia Menéndez o Elena Zaldívar se jugarán la única plaza olímpica individual que, en chicas, posee España- hicieron un buen papel colándose en la final, donde acabaron superando a las alemanas.
Comentarios recientes