En efecto, otro teatro es posible


CRÍTICA TEATRAL

OBRA: LA CASA DE BERNARDA ALBA
AUTOR: Federico García Lorca
COMPAÑÍA: TNT-EL VACIE
REPARTO: Rocío Montero Maya (Bernarda), Mª del Carmen Lérida (Josefa, la abuela loca), Lole Del Campo Díaz (Martirio), Sandra Ramírez Montero (Angustias), Ana Jiménez García (Magdalena), Carina Ramírez Montero (Amelia), Sonia Joana Da Silva (Adela), Pilar Montero Suárez (Criada) y Bea Ortega (Poncia).
VERSIÓN/DIRECCIÓN: TNT-EL VACIE/Pepa Gamboa
LUGAR: Centro TNT (Sevilla)
DÍA: 11-11-2011
AFORO: Casi completo
DURACIÓN: Algo más de una hora (sin contar el homenaje previo a Mari Luz Navarro, la antigua “abuela loca”)
CALIFICACIÓN: * * * * (Sobre 5)

Debo reconocer que el pasado viernes acudí al sevillano Centro TNT con curiosidad, intriga y también algo de escepticismo, no por dudar del enorme trabajo desempeñado por la compañía TNT y por las gitanas de El Vacie, eso jamás en la vida; sino por el resultado final del mismo, visto desde la óptica de un buen conocedor (que no excelso aficionado) del teatro de Federico García Lorca.

Pese a las críticas notablemente positivas cosechadas por la obra en los dos años que lleva en escena, tenía que ver cómo entraba por los ojos de un servidor una representación en la que a duras penas se iba a poder “escuchar” al propio Lorca, por mucho que su espíritu fuese rigurosamente respetado.

Y el resultado difícilmente puede ser mejor. Un montaje, como es lógico, adaptado a “personas sin alfabetizar que sólo habían pisado una vez en su vida un teatro” (dice textualmente el programa de mano); un montaje visiblemente distinto a lo que se puede observar en una puesta en escena de las denominadas “clásicas” de este texto, obra señera donde los haya dentro de la historia del teatro español; pero un montaje que deja más que satisfecho a cualquier buen aficionado al teatro que, además, goce de un mínimo de sensibilidad.

La preeminencia del texto escrito y recitado, típico del universo literario lorquiano, deja paso aquí a las expresiones artísticas más características de la idiosincrasia y la cultura gitana: el baile y el cante popular al estilo flamenco. Todo ello en aproximadamente una hora, para permitir el lucimiento de un elenco de artistas (se les debe llamar así) que han encontrado en el teatro, y en el espectáculo en general, un motivo para evadirse temporalmente de las penurias que sufren en el enclave chabolista ubicado al norte de Sevilla y, al mismo tiempo, también para reivindicar tanto una mejora de sus condiciones de vida como, en el plano artístico, que otro teatro es posible.

Porque ese precisamente es el lema del equipo encabezado por Pepa Gamboa y por quienes podéis observar en el reparto. Un lema que se cumple a la perfección, tal y como ocurre también, por ejemplo, en aquellos centros escolares que gozan de personal que apuesta por preparar regularmente este tipo de actividades para los niños. Sobre todo, sin desmerecer a los demás, en los más marginales -lo dice quien ha ayudado a su padre durante años a montar algunos de éstos en un colegio de este tipo en San Juan de Aznalfarache-.

Al son que marca Poncia (interpretada por la paya Bea Ortega) transcurre la narración de los acontecimientos de esta versión, en la que la garra de las gitanas que forman el clan de Bernarda Alba (según la sobrina de Lorca esta es la “Bernarda” que quería su tío) por momentos llega a poner los vellos de punta al público asistente con su manera de interpretar y de hacernos ver los principales temas de la obra, muy al estilo de la etnia gitana: el encerramiento de la mujer y la única preocupación de la matriarca de mantener las apariencias con respecto a la honra de la familia, aún a costa de falsear la llamada prueba del pañuelo.

Todavía, dentro del homenaje a Mari Luz Navarro -la gitana que hacía el papel de la abuela loca y que, por desgracia, falleció recientemente- el grupo TNT-EL VACIE dará un par de funciones más en Sevilla, los días 25 y 26 de noviembre. Una buena ocasión para quienes todavía no hayan visto el montaje lo hagan, porque puedo asegurar que merece muy mucho la pena.

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  1. #1 by Rafa on 13 noviembre 2011 - 20:47

    Mariano José de Larra se expresa a través de tu exquisita y acertada prosa. Qué “desaprovechao” estás, amigo mío…

    😉

  2. #2 by Cas on 13 noviembre 2011 - 22:38

    Buen, resumen, compi-crítico-teatral.
    Vic, dejemos a los chinos y a los castilblanquitos y dediquémonos a esto!!!

    😉

    Yo no entendí lo del pañuelo, ¿alguien me lo explica?

  3. #3 by victor on 14 noviembre 2011 - 0:43

    Lo del pañuelo fue posiblemente lo único que no hicieron bien, o al menos no de forma demasiado clara. Yo reitero lo que os comenté el viernes, lo que estuve hablando con Patricia: posiblemente, viendo que había habido más que “tema” con Pepe el Romano, Bernarda y el resto de sus hijas adulteraran voluntariamente la prueba del pañuelo mojándolo en la sangre todavía fresca -supuestamente- de la suicidada Adela, para que la familia no cayera en desgracia; es la explicación que yo veo. Porque durante la obra se insinúa claramente que Adela estaba embarazada; o sea, que de virgen nada de nada. Pero lo cierto es que no quedó muy clara la cosa.

    Supongo que es eso lo que no entiendes, y no la prueba en sí. De todos modos, la explicaré brevemente para quien no esté familiarizado con los avatares de la cultura calé, y de sus ritos. Para los gitanos es muy humillante que desvirguen a una hija antes del matrimonio; de hecho en las bodas la familia del novio, antes del casamiento y posterior celebración, comprueban si la novia todavía es virgen haciéndole la llamada “prueba del pañuelo”.

    ¿En qué consiste? Muy fácil: tras un ritual que no voy a proceder a explicar porque ocuparía bastante espacio, se le mete el pañuelo a la novia por la zona vaginal; al sacárselo, si sale con sangre en tres de sus cuatro partes es que el himen todavía está en su sitio, la novia es virgen y la boda sigue adelante. Pero si, por el contrario, el pañuelo sale tal y como entró -vamos, sin sangre o con muy poca-, quiere decir que el himen se ha roto, que la novia por tanto previamente ha sido desvirgada por otro hombre, que la boda se va al garete -al menos la boda por el rito gitano- y que tanto la novia como su familia quedan en la deshonra más absoluta. Por lo que vi el otro día, en los casos de muerte prematura se hace exactamente igual, por el mismo motivo de comprobar si la honra se mantiene o no.

  4. #4 by Rafa on 14 noviembre 2011 - 2:03

    Eso, Laurita mía. Convertíos en críticos teatrales;)

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