El deporte español y mundial está de luto. Severiano Ballesteros, nuestro Seve, no ha podido embocar su último putt. El legendario golfista cántabro ha fallecido esta mañana a los 54 años, después de que ayer sufriera un serio empeoramiento neurológico después del cáncer sufrido hace casi tres años, y del que fue operado cuatro veces a vida o muerte.
No hace falta recordar que Seve no sólo ha sido uno de los mejores golfistas del siglo XX -el mejor del último cuarto de siglo-; sino también uno de los referentes por excelencia del deporte español en toda su historia; tal vez el mayor junto a Manolo Santana, Miguel Indurain y, ahora, Rafa Nadal.
Ganador tres veces del British Open -1979, 1984 y 1988- y dos del Masters de Augusta -1980 y 1983-, probablemente la muestra más clara del reconocimiento y de la veneración que le profesaba el golf internacional fue la concesión al campo gaditano de Valderrama de la organización de la Ryder Cup de 1997, la edición en la que Seve fue capitán del equipo europeo, al que llevó a una gran victoria frente a las estrellas de Estados Unidos. Sin olvidarnos también de la creación del “Seve Trophy” en 2000, un torneo bienal a imagen y semejanza de la Ryder Cup, que enfrenta a Gran Bretaña contra el resto de Europa.
Sólo nos queda despedir como se merece y recordar para siempre al que probablemente fue el hombre que empezó a cambiar la mentalidad y la prespectiva del deporte español a nivel mundial. DESCANSA EN PAZ, SEVE…
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