Posts Tagged Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro
Clara Sanchis, mimetizada en Santa Teresa
Posted by Víctor Díaz in Críticas cinéfilo-teatrales, Cultura y espectáculos, General on 17 julio 2012
CRÍTICA TEATRAL
OBRA: LA LENGUA EN PEDAZOS
AUTOR: Juan Mayorga, a partir del Libro de la Vida de Santa Teresa de Jesús
COMPAÑÍA: La Loca de la Casa
REPARTO: Clara Sanchis y Pedro Miguel Martínez
ESCENOGRAFÍA Y VESTUARIO: Alejandro Andújar
DIRECCIÓN: Juan Mayorga
LUGAR: Corral de Comedias de Almagro (Ciudad Real)
DÍA: 14-7-2012
AFORO: Casi lleno
DURACIÓN: Aproximadamente una hora y cuarto
CALIFICACIÓN: * * * * (Sobre 5)
Cuando el argumento de una historia de entrada te interesa más bien poco -aunque respetas la historia del personaje- pero al final terminas prácticamente enganchándote, quiere decir que la elaboración de por sí de la historia es buena. Y si además pones en escena al elenco adecuado, es inevitable que la obra termine siendo todo un éxito.
Eso es lo que me ocurre con La lengua en pedazos. No es que odie a Santa Teresa de Jesús, ni muchísimo menos; la respeto como a la que más y reconozco su importancia dentro de la historia social, literaria y religiosa de España en la Edad Moderna. Pero he de reconocer que la historia de su vida, por mi manera de ser y de pensar, no me interesa demasiado.
Con esta introducción no pretendo sino darle todavía más valor al montaje y al texto compuesto por Juan Mayorga, en el que se nos presenta de manera casi magistral el diálogo entre una Santa Teresa que, perteneciendo al convento de la Encarnación, había decidido abrir la primera de sus fundaciones, el monasterio de San José; y el Inquisidor que, en pleno Renacimiento, debía velar por el cumplimiento de la moral y las buenas costumbres… y también evitar la blasfemia y la evolución de quien se salía de las normas. Todo con la célebre duda de la monja como clímax.
El marco -el ya mítico Corral de Comedias de Almagro-, inmejorable -aunque las sillas podían ser un pelín más cómodas, sólo un poco-; la escenografía, tan minimalista como justa y necesaria -dos sillas y una mesa con alimentos para preparar más un cuchillo, como en la cocina del convento de la Encarnación-; la acústica, perfecta. Sólo el vestuario era inadecuado, especialmente el de una Santa Teresa muy de andar por casa en el siglo XXI. Algo mejorable, aunque asumible.
Pero nada de eso hubiera valido si los intérpretes no hubiesen dado la talla. Y ahí es donde brilla con luz propia una Clara Sanchis cuya brillante actuación no hace sino confirmar su enorme valía y su tremenda versatilidad como actriz. Clara, pese a verse desprovista del hábito -contra su voluntad, según nos confesaría luego-, se mimetiza dentro del alma de Santa Teresa hasta el punto de parecer ella misma.
Claro que un diálogo, como su propio nombre indica, debe estar formado por dos personas. Y ahí es donde un veterano de la escena como Pedro Miguel Martínez -popular para el “gran público” por sus papeles en series como La casa de los líos, La Señora o Aquí no hay quien viva, pero con una dilatada carrera sobre las tablas- le da a Clara Sanchis la perfecta réplica para conformar, junto a ella, una pareja perfecta.
Entre ambos consiguen algo tremendamente difícil como es mantener la calidad interpretativa durante todos y cada uno de los setenta y cinco minutos de los que se compone el montaje. La expresión oral y gestual; el lenguaje tanto verbal como no verbal aparece aquí como auténtica obra de arte gracias a la combinación de la calidad dramatúrgica de Juan Mayorga y a las excelencias de Sanchis y Martínez, capaces entre todos de llevar con sumo éxito una significativa parte de la vida de Santa Teresa hasta a un absoluto profano en la materia como lo es servidor de ustedes.
Vivencias teatrales en Almagro…
Posted by Víctor Díaz in Cultura y espectáculos, Efemérides, momentos especiales y otros, General on 16 julio 2012
Cierro los ojos, y todavía me parece estar cogiendo el AVE que nos llevó a mis amigos más cercanos y a mí mismo a tierras manchegas.
Cierro los ojos, y todavía siento llegar a esa estación/apeadero más parecida a la de muchas películas del oeste que a la de la España del siglo XXI. La de ALMAGRO, pueblo de rancio abolengo medieval y renacentista, y sede por excelencia del mejor teatro español de la historia gracias a su FESTIVAL INTERNACIONAL DE TEATRO CLÁSICO.
Cierro los ojos, y todavía me parece llegar a ese austero alojamiento, sin aire acondicionado -por fortuna tampoco hizo tanta falta- pero con suma tranquilidad y mucho aroma claustral: la Hospedería de Almagro.
Cierro los ojos, y todavía respiro el aire puro teatral que corre por la Plaza Mayor y por muchas de las calles del pueblo cada año, durante el mes de julio.
Cierro los ojos, y todavía disfruto con toda la historia escénica y social de los Siglos de Oro que desprende el Corral de Comedias; y también con las joyas expuestas en el Museo Nacional del Teatro.
Cierro los ojos, y todavía gozo en el paladar las excelencias de productos típicos y no típicos, con mención especial para los “quijotescos” duelos y quebrantos: una bomba de relojería si los comes frecuentemente, pero un verdadero disfrute de sensaciones si los degustas con moderación.
Cierro los ojos, y todavía creo estar sintiendo la magistral interpretación de ese Segismundo de La vida es sueño llevado a escena por BLANCA PORTILLO, junto a magistrales veteranos como JOAQUÍN NOTARIO y jóvenes prometedores como MARTA POVEDA.
Cierro los ojos, y todavía me veo -nos veo, chicos- compartiendo impresiones y recuerdos de otros años junto a la modernizada -muy a su pesar- Santa Teresa de Jesús que es nuestra querida CLARA SANCHIS, excelente actriz y MEJOR PERSONA aún.
Cierro los ojos, y me acuerdo de la simpatiquísima camarera del bar-cafetería Teo; y de la dependienta de la tienda Alma de Almagro que nos atendió con tanta amabilidad y atención; y también de TEÓFILO y la peculiar cocinera de Valdeolivo. Y, cómo no, de la gran CHARO LÓPEZ, con la que si no nos cruzamos diez o quince veces, no lo hicimos ninguna.
En definitiva, cierro los ojos y aún me parece seguir estando en Almagro; aunque ya me encuentre de vuelta en tierras sevillanas. Muchas gracias -además de a todos los anteriormente mencionados- a LAU y RAFA por insistirme tanto para poder disfrutar esto con vosotros; a ESPE, por vivir junto a mí y junto a todos nosotros una nueva aventura -y van ya muchas- que contar a nuestros respectivos nietos; y a MARÍA JESÚS, por aportar su granito de arena, completando la expedición, en un fin de semana del que nos acordaremos siempre, deseando eso sí que no sea irrepetible.
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