Han tenido que pasar dos semanas de aburridísima competición para que lo que sobre la carretera estaba, a priori, bastante claro se plasmara en la clasificación general. Alberto Contador se hizo ayer, por fin, con el maillot amarillo del Tour de Francia, al ganar de forma magistral la etapa entre Pontarlier y la cima de la estación de esquí de Verbier -Suiza-, de 207 kilómetros de recorrido.
El corredor de Pinto no se lo pensó dos veces y, a falta de casi seis kilómetros para el final, hizo sonar las trompetas del Séptimo de Caballería, y se lanzó como un poseso a por la victoria y el liderato.Hasta entonces, la etapa había transcurrido con relativa tranquilidad para los favoritos, quienes esperaban a la última ascensión para, esta vez sí, mostrar sus cartas de verdad. En el kilómetro 50 se formó una escapada de diez hombres encabezada por Cancellara, en la que también iba el español del Euskaltel Mikel Astarloza, presente de forma constante en las fugas. Todo parecía ir bien para ellos hasta que en el penúltimo puerto del día, el Col del Mosses -2ª categoría-, el excelente rodador suizo del Saxo Bank decidió dejar de llevar en carroza de oro a sus compañeros de fuga, y la ventaja se fue esfumando poco a poco. Astaná y Liquigas -para Pellizotti y Nibali- se encargaron de ello.
Poco antes de comenzar la última ascensión atacó Astarloza, en un intento a la desesperada por conseguir una más que merecida vctoria para él y para su equipo, pero fue inútil. Saxo Bank tomó el relevo de Astaná y Liquigas, y comenzó la batalla. Andy Schleck -que aunque sigue hablando más con la lengua que con las piernas al menos esta vez hizo algo- lanzó el primer ataque, propiciando la primera selección, en la que estaban Evans, su hermano Frank, Wiggins, Armstrong y Contador, quien en cuanto pudo -antes de lo previsto según él- rompió la carrera definitivamente.
Al madrileño, un potro desbocado hacia la cima de Verbier, solamente le pudo seguir medio de lejos Andy Schleck, pero bastante medio de lejos. Nadie más pudo moverse. Incluso algunos llegaron por detrás, como un Kloden que se puso a tirar de Armstrong en un gesto que algunos lo interpretaron como un nuevo desaire a Contador, y otros como una táctica para disimular la debilidad del americano frente a sus otros rivales.Sea como fuere, al final poco a poco todos fueron atacando y dejando de rueda a Armstrong quien, a pesar de ello, no cedió demasiado tiempo con respecto a los que estaban con él. El primero de ellos, la gran sorpresa de la etapa y del Tour: Bradley Wiggins, del Garmin. El británico, doble campeón olímpico de persecución individual en pista -Atenas 2004 y Pekín 2008-, demostró ayer haberse transformado en un notable escalador, puesto que fue él quien levantó la veda de la lógica debilidad de Armstrong, marchándose por delante y situándose entre Contador y Andy Schleck.
Mientras tanto, Alberto seguía a lo suyo, es decir, cabalgando a gran velocidad hasta la meta, y aumentando poco a poco su ventaja frente a un A. Schleck que continuaba en segunda posición, y frente a un pequeño grupo formado por Wiggins, Nibali, Frank Schleck y un Carlos Sastre que iba de menos a más, y que llegando desde atrás también había rebasado a Armstrong y Kloden.
Y así, hasta la cima. Contador lanzó su primer disparo de este Tour, 43 segundos antes de que cruzara la meta el menor de los Schleck; 1:03 antes que Nibali; 1:06 antes que Wiggins, F. Schleck y Sastre; 1:26 antes que Cadel Evans; y más de minuto y medio sobre un Lance Armstrong superado también por Kloden en la meta, pero que se mantiene segundo en la general, a 1:37 de su compañero y líder -ahora sí que está más que claro- de equipo y del Tour. Tercero es el sorprendente Wiggins a 1:46, y cuarto Kloden a 2:17.
El resto están más alejados, desatando eso sí el avance de Carlos Sastre, quien ascendió al undécimo puesto, a 3:52 de Contador; pero el actual vencedor del Tour puede aprovechar la montaña restante en esta semana y, pese a los 40 km de contrarreloj del jueves, terminar aupándose bastante arriba en la general.
Hoy ha tenido lugar la segunda jornada de descanso, pero mañana tenemos la primera etapa alpina, entre Martigny y Bourg Saint Maurice, de 159 kms, con dos grandes “cols” como lo son el Gran y el Pequeño San Bernardo, aunque este último está a 31 kilómetros de la meta. A priori, para hacer diferencias parece más propicia la del miércoles, Bourg Saint Maurice-Le Grand Bornand, de 169,5 kms, con 4 puertos de primera y uno de segunda, y con el último de los de 1ª, la Colombiere, a apenas 15 km de la llegada. Pero el hecho de ser mañana la etapa posterior al día de relax competitivo -que no de entrenamientos- hará que los corredores estén alerta. Andy Schleck, “mister micrófono”, no se rinde y promete batalla, pero apuesten a que, si él quiere, será el propio Contador quien le saque aún más diferencia a los demás, porque claramente es el más fuerte. Por ello debería certificar en esta semana sin muchos problemas su segundo Tour. Lo comprobaremos a partir de mañana.
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