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Comienzo ilusionante (4-1)
Posted by Víctor Díaz in Deportes, General on 30 agosto 2010
El Betis inició ayer la temporada de la mejor manera posible, con una goleada por 4-1 ante el, eso sí, recién ascendido Granada. Los verdiblancos contentaron a su afición con un buen partido en el que exhibieron una enorme calidad en los últimos 25-30 metros.
No obstante, con la experiencia de la pasada temporada, todavía no debemos lanzar las campanas al vuelo tanto por la poca entidad del rival de ayer -con todos los respetos para un histórico como el Granada en su retorno a Segunda- como por el hecho de que aún hay mucho que mejorar en algunas líneas.
Lo mejor de todo es que, al menos, este año parece que se ha acertado de lleno con los fichajes, incluyendo al técnico. Pepe Mel, goleador verdiblanco a finales de los 80/principios de los 90, y primer ídolo futbolístico de quien suscribe, propone sobre el terreno de juego una apuesta de fútbol muy atractiva, que con los hombres con los que cuenta el Betis en ataque puede dar muy buenos frutos.
Ahí tenemos a Jorge Molina, actual “Pichichi” de Segunda y bigoleador ayer; ahí tenemos a los canarios Momo y Rubén Castro, eléctricos; y ahí tenemos a Salva Sevilla, el jugador de más calidad de todos. El almeriense, procedente del Salamanca y que también pasó por las categorías inferiores del Sevilla, parece que va a ser el heredero del mejor Capi, tanto en el dorsal -el 14- como en la forma de jugar.
Por sus botas pasaron tres de los cuatro goles. El primero de ellos, poco antes del cuarto de hora, en un córner que remató otro de los nuevos, el central Chechu Dorado, que junto al veteranísimo y retornado Belenguer darán mucha consistencia al centro de la defensa.
Sin embargo el medio campo y los laterales, sobre todo el derecho, ofrecían un agujero enorme, siendo con diferencia la zona más débil del equipo. Un error precisamente de Dorado al inicio de una contra del Granada propició un agujero enorme que aprovechó Geijo para acercarse al área y ceder a Dani Benítez, quien con la involuntaria ayuda de Belenguer batió a Goitia en el minuto 31.
Se vivieron momentos de zozobra porque la medular, con Iriney como único pivote, hacía aguas; unas aguas que se tranquilizaron un poco con el primer gol del “killer” Jorge Molina. El ex del Elche, poco antes del descanso, aprovechó un buen pase de Rubén Castro para batir al meta granadino Roberto con mucha calidad.
Pero la zozobra en el centro del campo no se acabó hasta mediada la segunda parte. El Granada volvió de vestuarios apretando y, pese a que el Betis seguía creando ocasiones -magnífica la del sub 19 Ezequiel-, varios córners seguidos contra la portería de Goitia llevaron la intranquilidad a unas gradas que no se explicaban por qué un recién ascendido les estaba creando más problemas de lo esperado.
Fue entonces cuando Mel descubrió su última y definitiva carta ganadora. Sacó al canterano Beñat, quien se hizo el dueño del medio campo, liberando de funciones un tanto más oscuras a Salva Sevilla. Y éste volvió a aparecer en ataque con el golazo de la jornada, una bellísima vaselina desde la frontal del área con la izquierda como pocas pueden llegar a verse en la categoría. Era el minuto 28, y dos más tarde el “nuevo Capi” cerró su exhibición con un gran pase a Jorge Molina, quien puso el definitivo 4-1.
Un gran partido, pues, del Betis en ataque, pero que todavía, pese a la revelación de Beñat, nos deja ciertas dudas sobre todo en el medio campo. El calendario próximo que se le viene al Betis es bastante duro: Recreativo, Elche -dos encuentros consecutivos como visitante- y Valladolid comenzarán a calibrar de verdad si el Betis está en condiciones de finalizar entre los dos primeros -los dos únicos lugares que dan el ascenso directo esta temporada- o, en su defecto, del tercero al sexto, para la promoción.
“Tocaba” fallar… y se falló cuando no se debía (1-1)
Posted by Víctor Díaz in Deportes, General on 13 junio 2010
Vaya por delante que, en esta ocasión, no voy a descargar mis iras en ningún momento contra la actitud de los jugadores del Betis al contrario que ha sucedido en otros partidos que el equipo ha dejado escapar de forma estúpida. Hoy no se merecen eso.
Y no se lo merecen porque, al igual que han venido haciendo en los últimos encuentros, se han dejado la piel en el Helmántico -poblado de béticos, casi siete mil- ante un Salamanca al alza y que, pese a que luchaba por no descender, era un equipo muy peligroso, que había retomado el pulso a la liga después de un tramo en el que se temía por la pérdida de la categoría.
Pero el Betis, por desgracia, ha vuelto a mostrar sus deficiencias futbolísticas y, después de varias semanas haciendo funambulismo para ganar y justo cuando dependía de sí mismo, ha pinchado de nuevo tras cuatro victorias seguidas. Casi casi en el peor momento de la liga. El empate a uno sirve para muy poco, ya que el ascenso vuelve a estar en manos del Hércules, que en el último instante de la tarde volvió a los lugares que dan derecho a jugar la próxima temporada en Primera División.
Dado que el Betis no es superior a casi nadie en el juego, y también que al equipo le cuesta un mundo crear ocasiones, la clave de estos 4 encuentros ganados ha sido la ausencia de regalos defensivos escandalosos por parte de los miembros de la zaga. Esa clave no se ha cumplido hoy, y ha costado muy caro. En el minuto 58 un balón en profundidad de Salva Sevilla hacia Kike lo habría atrapado Goitia con algo de comodidad de no haber aparecido por allí Fernando Vega quien, con toda la desgracia del mundo, fue quien terminó introduciendo la pelota en la meta bética en el barullo organizado tras haber acudido al choque.
El Hércules empataba ante un Rayo que se había adelantado y que estaba jugando con toda la carne en el asador; pero todos estábamos convencidos de que el segundo gol alicantino acabaría por llegar; por eso el Betis debía marcar dos goles. Tuvo que ser el talismán de los últimos desplazamientos, David Odonkor, quien alojara el balón en la meta salmantina doce minutos después del gol local, y uno después de haber saltado al campo, de nuevo, como en Huesca, en una medida desesperada de Víctor Fernández. Un tanto, el primero del alemán en muchísimo tiempo, que contó con la colaboración, todo sea dicho, de Biel Rivas, portero del Salamanca.
Faltaban 25 minutos y el Betis debía ir a por otro gol que, cuando menos, le concediera la opción de depender de sí mismo en la jornada final; o incluso, quién sabe, el ascenso matemático porque el Hércules todavía empataba. Pues ni una cosa ni la otra. El Betis quiso y no pudo y, para colmo, el Hércules consumó su remontada local en el último minuto; la peor noticia para los béticos.
Ahora no nos vale con ganarle al Levante que -como la Real, en el caso donostiarra después de tres temporadas- ha logrado matemáticamente el ascenso tras vencer 3-1 al Castellón; además, hay que confiar en la labor de un Real Unión de Irún que agotará ante el Hércules las últimas y escasas opciones que le restan para salvarse. El Cartagena ya no cuenta al haber perdido 1-0 en Huelva.
Para subir, el Betis ha de sacar un punto más que el Hércules en la última jornada, porque el empate a puntos actual no nos sirve dado que el “average”, como sabemos, lo tenemos perdido con los herculanos. Si tiramos de estadística, el Real Unión -al que sólo le vale ganar para aferrarse a la casi utopía de la salvación-, en su Stadium Gal, debería ponerle las cosas más que difíciles a un Hércules que sólo ha salido vencedor dos veces fuera del Rico Pérez, con lo que, a priori, es factible que los alicantinos se dejen algo en Irún siempre y cuando los locales no bajen los brazos.
Todo ello siempre y cuando los béticos sean capaces de ganar a un Levante que vendrá a Heliópolis “borracho” de felicidad y de celebraciones post-ascenso; pero el Hércules tiene ante sí una ocasión histórica de lograr un ascenso que consiguió por última vez en 1996, y mucho me temo que no va a dejar escapar la ocasión. Ya veremos qué ocurre; lo que hay que hacer es deshacerse del Levante y luego ya empezaremos a pensar en el milagro irundarra. No nos queda otra.
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