Saric y la defensa hacen al Barça campeón de Europa de balonmano por octava vez


El F.C. Barcelona completó su fin de semana de ensueño. Al apoteósico título de ayer de campeones de Europa en fútbol, los culés han añadido esta tarde su octava liga de campeones de balonmano, al imponerse al Balonmano Renovalia Ciudad Real por 27-24 en el encuentro decisivo de la “Final Four” celebrada en el Lanxess Arena de Colonia (Alemania). Un logro que, además, sirvió para despedir con todos los honores a Iker Romero, que se irá a jugar a la Bundesliga a partir de la próxima temporada.

Después de vencer ayer a los dos equipos alemanes -Rhein Neckar Lowen y Hamburgo respectivamente- y estropear la fiesta germana que esperaba la EHF, blaugranas y manchegos se presentaron en la gran final, la quinta entre equipos españoles, con un puntito más de favoritismo para los de Talant Dujshebaev; no en vano habían dejado en la cuneta ni más ni menos que al campeón de la Bundesliga.

Pero todo esto comenzó a romperse a partir del minuto 20. Hasta entonces, tanto J.J. Hombrados como Daniel Saric habían mostrado un nivel excelente, reflejado en el escaso guarismo de 10-10 que mostraba el marcador electrónico. Mas en el último tramo antes del descanso tanto el serbio de origen bosnio -que hasta marcó un gol, de portería a portería- como la muy eficaz defensa barcelonista mantuvieron el nivel, no así su homónimo del Ciudad Real.

Ni Kallman, ni Alberto Entrerríos, ni Abalo, ni Lazarov… nadie era capaz de superar a Saric. Y como Noddesbo en el pivote era un auténtico martillo pilón, el Barça dejó encarrilado el triunfo en su marcha a los vestuarios (14-10).

El equipo de Xavi Pascual, además, mantuvo la intensidad atrás en el comienzo del segundo tiempo, lo que impidió al Ciudad Real hacer combinaciones fluidas en ataque. Y cuando lo conseguían, allí estaba Saric, una auténtica pesadilla para los manchegos -especialmente para Kallman- tanto en el ataque estático como en los contragolpes.

Así, con Noddesbo bien marcando -8 goles en total-, bien forzando situaciones de siete metros; y con Víctor Tomás haciendo dos oportunos goles casi consecutivos desde el extremo, el Barça alcanzó en dos ocasiones los siete tantos de ventaja: 19-12 y 26-19, esta última renta en el minuto 53.

El título estaba ya conseguido por y para los barcelonistas, y los últimos siete minutos sirvieron para que el Ciudad Real tirara un poco de orgullo y maquillara el marcador, a pesar de que Saric -ovacionadísimo por los 19.000 espectadores presentes en el pabellón- continuó incrementando su estadística particular, que acabó rondando el 50% de efectividad. El guardameta, ex de media liga ASOBAL, fue el indiscutible hombre del partido y el hombre de la “Final Four”, ya que también ayer fue vital para conseguir el pase a la final.

Una final en la que el Barça se coronó por octava vez -primera desde 2005- como campeón de Europa, ante un grandísimo equipo, el Ciudad Real que, con tres títulos en los últimos seis años, es la otra gran referencia del balonmano internacional. Por ello mismo el Barcelona Borges, la sección azulgrana de balonmano, hoy tiene muy bien ganado un hueco entre los dioses futboleros. No en vano, después de la del hockey sobre patines, sigue siendo la que más copas de Europa le ha dado al club.

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