Era algo que tenía pendiente; de hecho ni me había enterado del suceso hasta hace algunos días -mis obligaciones mundialistas, que me tienen ciertamente atareado-. Como supongo que más de uno bien sabrá, don Antonio Ozores, otro de nuestros más grandes actores y cómicos nos dejó el pasado 12 de mayo, a los 82 años, tras una larga enfermedad.
Actor de cine -no sólo en la época del destape-; actor de teatro -siguió en activo hasta su muerte con la obra El último que apague la luz-; y cómico. De todos los espectadores mayores de 30-35 años son recordadas sus estelares actuaciones, por ejemplo, en el mítico Un, dos, tres, con su humor alta y genialmente absurdo basado en su lenguaje ininteligible. Todo ello durante más de setenta años de carrera entre escenarios, pantallas de cine y platós de televisión, los cuales tuvo el placer de compartirlos, entre otros, con sus hermanos José Luis y Mariano; su hija Emma y su sobrina Adriana.
Desde este espacio, como vengo haciendo con todos los grandes personajes de nuestras diferentes artes de los que nos vamos despidiendo, le doy un modesto pero sentido homenaje, con una de sus actuaciones en el Un, dos, tres, y un cameo más reciente en la excelente serie de Camera Café:
No me cabe la menor duda de que quien quiera que mande allá arriba se lo estará pasando cada vez más genial, con tanto gran artista que, últimamente, se despide del mundo de los vivos.
Descanse en paz, don Antonio…
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