Tres décadas ya sin el amigo Félix


14 de marzo de 1928: Nace en Poza de la Sal (Burgos) un niño bautizado por sus padres como Félix Samuel Rodríguez de la Fuente. 14 de marzo de 1980: Fallece en Alaska el científico y naturalista que más y mejor ha trabajado en España en favor del reino animal, Félix Rodríguez de la Fuente.

Tanto el niño como el científico, como bien sabéis, eran la misma persona; aquélla que llegó a ser caificada como “el amigo de los animales”.

Busto dedicado a Félix Rodríguez de la Fuente. Foto: Antonio Sevilla Ayer, como creo que todo el mundo sabe, se cumplieron 30 años desde que, el mismo día en el que cumplía 52, Félix Rodríguez de la Fuente muriera en Alaska, debido a que se estrelló la avioneta en la que él viajaba. No me olvidé de la efeméride; pero como digo siempre, la rabiosa actualidad me impidió sacar algo de tiempo para hacerle mi modesto homenaje.

No voy a decir nada de él que no se haya dicho ya, ni voy a entrar en datos que se pueden encontrar en cualquier página de internet; sino que me voy a limitar a contar lo que para mí ha sido y sigue siendo uno de los personajes más importantes de nuestra cultura del siglo XX.

Mi primer contacto con Félix Rodríguez de la Fuente vino gracias al que, desde niño, fue uno de mis grandes “hobbies” -hoy en día ya no puedo practicarlo, desgraciadamente-: la proyección de películas de Super 8. Recuerdo que, hace ya bastantes años, en la sevillana y céntrica calle Hernando Colón había una casa de alquiler de películas tanto del recién nacido VHS como de Super 8 -para el que no sepa de qué hablo, eran películas en bobinas como las que se proyectan en el cine, pero más pequeñas-; convirtiéndose dicha casa en un lugar habitual de “peregrinación” para mis padres y para mí, que apenas si acababa de comenzar la EGB.

Pues bien, una de las colecciones de las que disponían era una serie de pequeños cortos animados sobre el reino animal realizados por los Estudios Castilla y presentados por Rodríguez de la Fuente. En ellos se hablaban de animales tanto de la fauna europea -el lobo, el conejo, el halcón…- como de la africana -el avestruz, el cocodrilo, el rinoceronte, el león, el pájaro secretario o serpentario…-, y yo, tanto al ponerlos como al verlos, disfrutaba como un niño, nunca mejor dicho por aquellos años.

Rodríguez de la Fuente, con uno de sus lobos. Foto: diversas páginas web Al mismo tiempo, mi padre compró, también en versión Super 8, uno de los documentales de El hombre y la tierra que, muy acertadamente en mi opinión, editaron y pusieron a la venta: el dedicado al lobo, uno de sus “animales estrella”. Desde entonces mi cariño y mi respeto a Rodríguez de la Fuente poco a poco fueron en aumento.

En las pasadas navidades, mi padre y yo estábamos en El Corte Inglés buscando regalos que comprar tanto para nuestros familiares como para nosotros mismos. Pues bien, el caprichoso destino hizo que, más de 20 años después, mientras permanecíamos en la cola esperando para pagar, casualmente yo viera, en medio de una de las estanterías dedicada a las películas para niños, un pack que contenía 3 DVD´s con todas y cada una de las películas de dibujos animados de Rodríguez de la Fuente que, de pequeño, hacían mis delicias. Y como yo soy un tremendo nostálgico -además de un tanto friki- de estas cosas, ni corto ni perezoso, alargué rápidamente la mano para hacerme con ellas, antes de que, por un casual, se me adelantaran. Era el único ejemplar, estaba “perdido” por allí, y podía haber sido colocado en cualquier otro “stand”; pero no: andaba, por fortuna, justo delante de mis narices. Y fue, sin duda, lo más entrañable de todo lo que me regalaron -aunque fuera prácticamente un “autorregalo”- en las fiestas navideñas.

Pero voy un poco más allá. Desde hace tres semanas TVE está aprovechando para reponer la parte de la fauna ibérica de El hombre y la tierra, y yo estoy aprovechando para grabar todos los capítulos que pueda. Es la segunda reposición de la mítica serie que yo he podido ver desde que tengo uso de razón; pero entre la anterior y ésta hay una pequeña gran diferencia, y esa no es otra que el capítulo sobre el lobo al que he hecho mención más arriba. No sé si hace años “pasaron” de emitirlo; no sé si a mí se me escapó; pero lo que sí sé es que, el pasado martes, pude volver a disfrutarlo. No tenía el mismo “sabor” que si lo hubiese podido ver en un proyector de Super 8; pero las emociones vividas fueron muy similares a las de cuando era un crío.

Como homenaje particular, en primer lugar voy a dejar el enlace de la web de RTVE en el que se puede ver el documental del lobo; y no lo hago sólo por las particulares connotaciones que tiene para mí, sino sobre todo por su extraordinaria calidad, ternura y dramatismo, fruto del cariño con el que Rodríguez de la Fuente -el lobo es, junto al halcón peregrino, su animal más querido- y el equipo de El hombre y la tierra lo hicieron en su momento. Merece muy mucho la pena verlo, la verdad.

http://www.rtve.es/mediateca/videos/20100205/hombre-tierra—lobo/686046.shtml

Y en segundo lugar, dejo también la entrañable canción que el conocido dúo infantil de los 80 Enrique y Ana -cuando Enrique del Pozo era alguien respetable, y no aquello en lo que ahora se ha convertido- le dedicó poco después de su muerte.

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Porque el “amigo Félix” descansa en el cielo desde hace 30 años, pero en nuestra memoria hoy en día continúa muy vivo.

  1. #1 by Esperanza on 16 marzo 2010 - 0:18

    Amigo Félix, cuando llegues al cielo…
    En mi casa me consta que a este grande se le veía y mucho. Yo, nací un poco más tarde y sólo pude ver algunos reportajes sobre la figura de este gran amante de la naturaleza, que tantas cosas enseñó a una generación y del que todavía se puede aprender 😉

    Besos, Vic!

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