Dieciséis puntos -tres más que el año pasado a estas alturas-, quinto clasificado y, quizás lo más importante, una sensación de equipo sólido más allá de la brillantez, y que es capaz de competir casi en cualquier campo, si no hay “cosas raras”. Eso es lo que ha conseguido el Betis en las nueve primeras jornadas de la liga 2012-2013; especialmente en las tres últimas, en las que ha conseguido siete puntos de nueve posibles, sin encajar un solo gol.
El rival de este último fin de semana no era precisamente un candidato al descenso, por mucho que esta temporada no se esté comiendo una rosca fuera de casa, más allá del inicial empate en el Santiago Bernabéu. El Valencia, un firme aspirante -como siempre- a entrar en Champions, cayó por segundo año consecutivo en el Villamarín gracias al tempranero gol de Salva Sevilla; pero sobre todo, por culpa del partidazo que hizo el Betis, con un fútbol espectacular en la primera parte, y ciertamente sólido en defensa en la segunda.
– Este último aspecto quizás sea, precisamente, lo más positivo no ya del encuentro del sábado, sino de los últimos partidos. Pepe Mel parece haber dado con la fórmula para dotar a su equipo del equilibrio preciso que le hace ser, por lo general, un pelín menos vistoso que antaño, pero mucho más seguro.
La pareja Mario/Paulao se consolida como la más fiable, acompañada en los flancos por Nelson y Álex Martínez. Este último le ha dado al costado izquierdo de la zaga un importante aire fresco, tomando ya definitivamente el relevo de un Nacho tremendamente profesional, pero que ya comienza a acusar su veteranía. Y en el medio campo Cañas -bien junto a Rubén Pérez o, como el sábado, junto al mejorado Nosa-, con su capacidad de liderazgo, está haciendo olvidar definitivamente a un Iriney que, en su nuevo destino granadinista, se debate por no caer en la zona del infierno.
– Adrián, el nuevo “cerrojo” heliopolitano. Pese a todo, los jugadores béticos no son máquinas ni unos supercracks: a veces fallan, y otras el cansancio les mina un poco su resistencia. Por ello, otra clave con respecto al pasado más reciente es que el Betis parece haber encontrado, por fin, el sustituto del mítico Toni “Cerrojo” Prats. Desde que el balear abandonara la entidad en 2005, han pasado muchos inquilinos por la portería bética; mas ninguno ofreciendo la sobriedad, la seguridad y la planta de guardameta del canterano Adrián San Miguel. Con sus intervenciones y sus maneras Adrián, titular hace tres jornadas por los avatares del destino, también ha aportado su granito de arena en este gran momento: los dos balones sacados el sábado a Soldado y la buena parada en la falta de Tino Costa lo vuelven a demostrar.
-Hay “vida” más allá de Beñat. No quiero decir con esto que el centrocampista vasco sea prescindible, ni muchísimo menos; sólo que el medio campo ya no está absolutamente desierto cada vez que se ausenta. Salva Sevilla confirmó ante el Valencia -con gol incluido- el paso adelante que había iniciado una semana antes en el Reyno de Navarra, siendo el mejor jugador bético en ataque frente a los “che”. Y Nosa, como ya adelantamos más arriba, parece acercarse cada vez más al jugador que fichó la secretaría técnica; por no hablar de Nono y la pausa que, con su juventud, le supo dar a la situación cuando reemplazó a su compañero almeriense.
Si a ello le unimos el excelente momento de forma que continúa demostrando Juan Carlos desde el extremo, las noticias no pueden ser mejores para el Betis. Cada vez que sea sancionado o, como el sábado, sufra algún problema de salud, la baja de Beñat continuará siendo sensible; pero a partir de ahora estamos seguros de que el centro del campo del Betis se encuentra perfectamente capacitado para, al menos, competir en condiciones ante muchos de los rivales que acompañan a los verdiblancos esta temporada en Primera División, o Liga BBVA, como cada cual prefiera.
Así pues, sin pretender lanzar las campanas al vuelo, se puede decir que el futuro se presenta prometedor para Mel y sus muchachos. Probablemente no para jugar en Europa -ya veremos, no obstante-, pero sí para lograr la permanencia de manera un poco más holgada aún que en el pasado curso. Y ahora viene también la Copa; un torneo en el que el Betis ha quedado incluido en la parte menos complicada del cuadro. Una buena oportunidad para, como en 2011, volver a llegar lejos en un torneo siempre interesante e ilusionante.
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