C.B. Sevilla: gran temporada, incierto futuro



Ayer se echó el telón de la temporada 2012 para el C.B. Sevilla-Banca Cívica, una campaña que se puede y se debe calificar como muy exitosa en su 25º aniversario gracias a la clasificación para la Copa del Rey -en la que llegó a semifinales- y al séptimo puesto final en la ACB, entrando en los play-offs. En ambas ocasiones ha sido el Real Madrid el equipo que ha puesto fin a su andadura.

Cierto es que por momentos ha dado la sensación de que este equipo ha podido quedar un poco más arriba. Uno no deja de pensar, por ejemplo, en que si se le hubiera ganado al Lagun Aro en casa en la penúltima jornada -que, pese a no haber podido contar con Paul Davis, era algo que se pudo haber logrado con algo más de suerte y acierto, a tenor del 61-65 final-, el quinto lugar de la clasificación habría sido sevillano, se habría asegurado entrar en Europa -ahora, salvo sorpresas de última hora, está imposible- y se habría librado una serie contra el Valencia Basket mucho más asequible que la que le ha tocado vivir frente al campeón de Copa.

Pero más allá de eso, tal y como dijo ayer Joan Plaza en la rueda de prensa, no es el momento de analizar lo sucedido ni en los dos partidos contra el Madrid, ni en el resto de la campaña. Sólo cabe felicitar a todos y cada uno de los componentes del Banca Cívica -jugadores y cuerpo técnico- por la sensacional campaña que han conseguido completar, por mucho que las exigencias que a veces les pedimos a los profesionales cajistas hayan parecido transmitir lo contrario.

A lo largo de estos años, pese a que ha habido fichajes con vitola que no han respondido -Bullock el año pasado, English y Tepic en éste- se ha conseguido formar un muy buen y compactado equipo que, con algunos -y acertados- retoques, podría estar peleando no ya por consolidarse en los play-offs, sino por avanzar un poquito más dentro del escalafón de la ahora llamada Liga Endesa.

Mas hay un problema: la incertidumbre en lo referente al futuro del equipo, sobre todo en el tema del patrocinador. Para la próxima temporada, sólo hay dos cosas seguras en el C.B. Sevilla: la buena, que el club seguirá compitiendo en la máxima categoría del baloncesto español; la mala, que lo hará con una reducción del presupuesto que aún está por decidir, pero que a los que somos más pesimistas -o realistas- nos da la sensación de que va a ser cuantiosa.

Todos los que seguimos más o menos de cerca la actualidad no ya del C.B. Sevilla, sino sobre todo de la economía nacional, conocemos de sobra el tema de la próxima fusión entre La Caixa y Banca Cívica, de la que el “cajismo” -valga este nombre para definir a quienes estamos relacionados de una u otra forma con el club sevillano- está muy pendiente, ya que podría resultar determinante para el futuro inmediato del club.

¿Por qué? Muy sencillo. Hasta ahora el C.B. Sevilla se ha sustentado gracias a un espónsor que, con sus diferentes cambios de nombre -Caja San Fernando, Cajasol y Banca Cívica-, en esencia siempre ha sido el mismo: una entidad bancaria cuyo centro principal de operaciones estaba colocado en Sevilla, y que por tanto buscaba una proyección financiera principalmente dentro de la capital andaluza. Ahora esto va a cambiar, porque dentro del próximo conglomerado –Caixabank– quien va a llevar la voz cantante es la parte de La Caixa que, como sabemos, no tiene la “sede social” precisamente en nuestra ciudad.

Y como el club, desgraciadamente, continúa siendo bastante deficitario -incapaz, por unas u otras razones, de conseguir llenar por completo “San Pablo” en un partido tan de élite como el de ayer; o de meter más espectadores que informadores en los puestos de prensa durante la primera fase de una Eurocup-, mucho nos tememos que la decisión de Caixabank sea pegar un “tijeretazo” que repercutirá en el mantenimiento de la columna vertebral deportiva de este equipo.

Hay miembros muy importantes de este grupo que acaban contrato este año, empezando por Joan Plaza y continuando por la pareja de pívots, Paul Davis y -según me comentan- Juanjo Triguero. Al americano debería ser casi imposible retenerle aunque el presupuesto no descendiera, porque su caché y su rendimiento cuando ha estado sano le deben suponer ofertas muy jugosas de equipos más poderosos. La “vuelta olímpica” del capitán al terminar el partido de ayer también hace pensar que podríamos estar ante la despedida de un hombre silencioso, sin aspavientos, que en las cuatro temporadas que ha permanecido en Sevilla se ha ganado el cariño de todos y, después de la segunda, la confianza de Sergio Scariolo para incluirlo en la lista previa del Mundial 2010, aunque no llegara a formar parte de aquella selección.

Y luego está lo de Plaza, el continuador desde el banquillo del excelente trabajo desempeñado por Pedro Martínez en la segunda mitad de la temporada 08-09. El acumulado total del técnico catalán en el banquillo sevillano tan sólo es superado por lo que hizo Imbroda entre 1998 y 2000: dos veces en los play-offs (2010 y 2012), dos veces en la Copa del Rey (2010-2012), y un subcampeonato europeo, en la Eurocup del pasado año. Las peñas del C.B. Sevilla le pidieron ayer que se quedara, y él les corresponde con el mismo deseo, pero siendo realista.

Agradezco que la gente me pida que me quede. Pero son otros los que tienen que tomar la decisión; de momento no sé nada“, comentó ayer, en clara alusión a la directiva (y quizás también a la gente de Caixabank). “Estoy bien aquí, tengo desde hace ya varias semanas muchas ideas, y la que para mí sería la plantilla de la próxima temporada. Entre todos hemos generado el embrión de un equipo serio, que ahora compite con casi todo el mundo. No podemos pedirle a este equipo ser campeón de liga o de Copa, pero yo me veo capaz de seguir haciendo crecer a este equipo. Mi familia es feliz en Sevilla, el entorno humano es fantástico, y creo que hay columna vertebral suficiente como para seguir creciendo. Pero yo acabo el día 30 de junio, y de momento nadie me ha dicho nada”, acabó afirmando un Plaza que, como no podía ser de otra forma, también es consciente de lo que ocurre en el seno del club. Así pues, tanto a los profesionales, como a la afición y a los informadores, no nos queda otra que permanecer a la expectativa.

De momento, en lo que a mí respecta, me gustaría finalizar, por tercera temporada consecutiva, agradeciendo a los responsables del departamento de comunicación del C.B. Sevilla, Nacho Delgado y Virginia Simón, el excelente trato que han tenido con quien escribe esto y, por ende, con Diario Siglo XXI. Y también, no podía faltar más, a aquellos que, folio, bolígrafo y ordenador en mano, han estado compartiendo vivencias con un servidor un año más. A Javier Romo, Borja De Diego, Daniel Moya, Juan Manuel Sánchez, Sergio Ávila y a tantos otros, gracias, compañeros; espero veros de nuevo a partir del próximo mes de octubre.

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