Ha sido la gran noticia para el deporte español que nos ha dejado el fin de semana: Óscar Freire vuelve de nuevo por sus fueros, y el sábado se adjudicó la Milán-San Remo, la primera de las grandes clásicas del calendario ciclista internacional, y una de las 4-5 más importantes de todas ellas.
Es la tercera victoria del gran corredor cántabro en la “classicissima” italiana, después de las de 2004 y 2007, con lo que supera a Miguel Poblet como el ciclista español que más veces ha vencido en ella. Y lo que es mejor: Freire, en el crepúsculo de su carrera, presenta sus credenciales para triunfar, por cuarta vez, a final de temporada en el Campeonato del Mundo.
Un fenómeno, efectivamente; como dice uno de los comentaristas de la RAI en el video, eso es Óscar (Rabobank), que en la línea de meta batió de forma espectacular a dos consagrados sprinters, como el belga Tom Boonen (Quick Step) y el italiano Alessandro Petacchi (Lampre).
El vencedor en 2009 y gran favorito para la victoria, el británico Mark Cavendish (Columbia), se quedó en la subida final al Poggio, lo que facilitó la labor al resto de equipos con sprinters en sus filas. Los italianos del Liquigas trabajaron a destajo para llevar en volandas a Daniele Bennati, pero después de casi 300 kilómetros -298 más concretamente-, que se dice pronto, el más fuerte fue el torero” de Torrelavega, aquel corredor con un palmarés corto en cantidad -si lo comparamos con otros sprinters-, pero inmejorable en calidad: tres Mundiales (1999, 2001 y 2004), cuatro etapas en el Tour -y el maillot verde de la regularidad en 2008-, siete en la Vuelta y, desde el sábado, tres Milán-San Remo (2004, 2007 y 2010). Lo dicho: un verdadero fenómeno.
El Barça, otra vez campeón de Copa en balonmano
Y de un campeonísimo como Freire, a otro gran campeón que sigue cosechando títulos pese a la “dictadura” nacional e internacional del BM Ciudad Real. Me refiero al equipo de balonmano del Barça, que ayer se adjudicó su 17ª Copa del Rey.
Los blaugrana, otrora reyes del continente europeo, revalidaron en Antequera (Málaga) el título de Copa al imponerse en la final al Ademar de León por 38-35, tras una prórroga. Los leoneses dieron la gran sorpresa del torneo en semifinales, al “cargarse” al Ciudad Real por 26-24, y en la final dieron mucha guerra al otro gran “transatlántico” nacional.
Ademar remontó en el segundo tiempo los cuatro goles con los que el Barça se fue al descanso (16-12), e incluso tuvieron dos de ventaja en los últimos minutos (25-27 y 28-30) gracias a la gran actuación del extremo portugués Ricardo Costa, ante un Barça que sólo vivía de las acciones individuales de Laszlo Nagy y de Iker Romero. Pero si este equipo construyó en el pasado su leyenda fue precisamente por no rendirse ante las adversidades.
El conjunto dirigido por Xavi Pascual sacó la casta y, a falta de pocos segundos, empató (31-31) con un lanzamiento desde los 7 metros de Juanín García. Y pudo haber evitado la prórroga si Dani Sarmiento se hubiese percatado de que le quedaba menos tiempo del que creía para lanzar, después de robar el balón en la última posesión leonesa.
En el tiempo extra el Ademar siguió dando guerra e incluso llegó a mandar por 34-35; pero el Barça reaccionó y los goles de Víctor Tomás y Noddesbo, junto con las paradas de Daniel Saric -vital la doble a Ortigosa y a Krivochlykov en el último minuto- sentenciaron la final a su favor. Es, dicho sea de paso, la undécima y última Copa del Rey para el gran capitán, Don David Barrufet porque, como ya sabemos, ésta será la última temporada en activo del último bastión de aquel legendario conjunto que ganó en poco más de una década siete Copas de Europa. Que la disfrute, porque se la merece.
PD: Paco Caro y Alberto Urdiales no lo hacen mal -poco a poco van mejorando-; pero yo sigo y seguiré echando de menos en las retransmisiones de balonmano al gran maestro Luis Miguel López, desde hace dos años en la dirección general del BM Ciudad Real.
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