El equipo español de Copa Davis dio ayer un paso de gigante para adjudicarse su cuarto triunfo en esta competición, al adjudicarse los dos puntos en juego en la final ante la República Checa. Rafa Nadal y David Ferrer, en un abarrotado Palau Sant Jordi, se impusieron a Tomas Berdych y a Radek Stepanek, respectivamente.
Especialmente épico fue el triunfo del valenciano, que tuvo quer remontar dos sets en contra pero que, después de más de cuatro horas de juego, hizo que España ya tenga por lo menos el 80% de la “ensaladera/ponchera” en su poder.
Fue una tarde-noche larga y emocionante, que se inició cuando Nadal y Berdych saltaron a la pista para medirse en el primer punto de la final. Nadal, que no jugaba un partido en tierra batida dede su derrota frente a Soderling en Roland Garros, y que venía de no ganar un solo set en el Masters de Londres, tuvo problemas para adaptarse a la superficie y al juego directo de su rival durante el primer parcial. Los “drives” de Berdych -verdaderos “palos”- tuvieron en jaque a Rafa y a punto estuvieron de hacerle perder el set. El checo llegó a estar 4-5 y 0-30 con el saque del español, pero éste remontó, le rompió el saque en el siguiente juego y acabó ganando el primer set por 7-5.
El último tramo de la primera manga supuso el comienzo de una racha de 13 juegos consecutivos. Con Nadal ya situado de verdad sobre la pista, el manacorí volvió a ser el crack de costumbre sobre el polvo de ladrillo, le hizo a Berdych un “rosco” en la segunda manga (6-0) y no le dejó hacer un solo juego hasta el quinto del tercer set.
Al final, 7-5, 6-0 y 6-2 para Rafa quien, en cuanto encontró su sitio en la cancha, puso velocidad de crucero hacia un plácido primer triunfo de España. Rafa celebró con vehemencia y entusiasmo esta victoria, porque le hacía mucha falta recuperar las sensaciones y la confianza después de una segunda mitad de temporada muy complicada, debido a las lesiones.
Este encuentro, no obstante, sólo fue el aperitivo del gran choque del día, el que midió al número 2 español, David Ferrer, y al número 1 checo, Radek Stepanek. Ferrer llevaba sin jugar un partido desde que se lesionó en el Abierto de Valencia a primeros de noviembre, y fue barrido en los dos primeros sets por Stepanek, un jugador ciertamente peligroso en el circuito profesional y, además, uno de esos a los que llaman “jugador de Copa Davis”. Es decir, aquellos que, al defender a su país, se crecen milagrosamente ante las adversidades más grandes, como por ejemplo jugar una final fuera de casa y sobre una superficie que, ni de lejos, es la que mejor se adapta a sus características. Ello le llevó a ganar el punto decisivo ante Croacia en semifinales, y a practicar un tenis más que virtuoso durante las dos mangas iniciales de su partido contra Ferrer.
El checo lo metía todo, hasta las bolas más inverosímiles, haciendo gala de una increíble capacidad para volear, hacer dejadas y golpes a bote pronto; justo lo que, si hiciera regularmente a lo largo del año, le situaría entre los 5 primeros de la ATP. Si además tenemos en cuenta que a David no le salía absolutamente nada, el 1-6 y 2-6 en poco más de una hora no era para nada sorpresivo. Stepanek era un vendaval, y Ferrer no pasaba de ser un perrito manso y dócil en sus manos.
Sin embargo, el valenciano se fue unos minutos al vestuario antes de empezar el tercer set, y a su regreso fue un jugador diferente, mucho más parecido al que llegó a ser 4º del mundo a principios de 2008 que al que estaba deambulando sobre la tierra del Sant Jordi. Animado por el público que se dio cita en el recinto de Montjuic, David comenzó a voltear la tortilla, pese a que algunas dudas a mediados del set le hicieron perder la ventaja de un “break” que rápidamente adquirió. No obstante, Ferrer volvió a romper el saque de Stepanek en el noveno juego, y luego selló el parcial con su saque (6-4).
Definitivamente Ferrer era otro muy diferente lo que, unido a que Stepanek comenzó a estar muy cansado y con alguna molestia, le facilitó un poco las cosas en el cuarto set. En éste, David le rompió rápidamente y por dos veces el saque a un Stepanek que parecía reservarse para la disputa del set definitivo. Pese a la reacción final del checo, que recuperó uno de los saques perdidos, Ferrer cerró el set con otro juego perfecto con su servicio, y con otro 6-4 igualaba el partido.
Todos esperábamos que, en la quinta manga, Ferrer pudiera con cierta facilidad con Stepanek, pero éste fue un hueso muy duro de roer. El checo, jaleado por su casi 2.000 compatriotas que se mezclaron entre más de 14.000 españoles, después de salvar cuatro bolas de break en el juego inicial, fue ganando su saque con comodidad, mientras que a David le costaba dios y ayuda mantener el suyo. Stepanek tuvo, con 3-4 y saque de Ferrer, tres bolas de rotura que no supo aprovechar, en especial una en la que mandó a la red una volea aparentemente fácil lo que, a la larga, fue decisivo para la suerte final del partido.
A pesar de que Stepanek continuaba ganando su servicio mucho más cómodamente que el valenciano, Ferrer aprovechó su ocasión en el 13º juego, haciéndose con el servicio de su rival (7-6). David remató la victoria y la remontada con un juego en blanco, logrando una de las victorias más emotivas de su carrera (1-6, 2-6, 6-4, 6-4 y 8-6), si no la que más, y rápidamente se fue hacia el grupo de jugadores para abrazarse primero con Juan Carlos Ferrero -a quien había prometido dedicarle el triunfo- y luego con el resto, empezando por un Rafa Nadal que sudó en este encuentro muchísimo más que en el suyo. Hacerse con ese punto era vital, para no tentar a la suerte, y para librarse de la posibilidad de llegar al domingo con 1-2, porque en el doble todo está mucho más igualado a priori.
Hoy, Feliciano López y Fernando Verdasco tienen la oportunidad de sentenciar la final, presumiblemente contra los dos jugadores que actuaron ayer, Stepanek y Berdych. La pareja checa está invicta en Copa Davis, pero nuestros dos chicos también tienen un “average” positivo y, además, cuentan con el aval de haber salido vivos del infierno del año pasado en Mar del Plata ante los argentinos. Eso curte, y mucho, y esperemos que a los nuestros le sirva de inspiración. Y si no es así, mañana en el primer turno Rafa esperará, afilando el cuchillo, a un Stepanek que llegará muy cascado.
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