Archive for diciembre, 2010

El Betis, indiscutible líder de 2010

TENERIFE 0-BETIS 3

Nadie puede, por ahora, detener el triunfal camino que, en lo deportivo, está llevando el Betis durante la presente temporada en Segunda División. El pasado sábado dio una muestra más de su poderío al vencer contundentemente en el Heliodoro Rodríguez López de Tenerife a un rival que, cierto es que anda pasando por un delicadísimo momento -ayer destituyó a su técnico, Mandiá-; pero ello no quita méritos a lo conseguido por los verdiblancos, que solventaron la papeleta en apenas media hora.

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En el encuentro en el que debutaba Gordillo como presidente, el Betis quiso dejar claro muy pronto quién es el que manda en la Segunda División, y por ello a los siete minutos ya se adelantó en el marcador por mediación de esa fuerza de la naturaleza llamada Emana, que recibió un pase de Jorge Molina y batió irremisiblemente a Sergio Aragoneses con un cañonazo desde el lado izquiero del área.

Diez minutos más tarde, segundo mazazo. Rubén Castro agarró un balón a cuarenta metros de la portería tinerfeña y marcó un golazo de vaselina ante un Sergio Aragoneses que, no obstante, es verdad que pudo haber hecho algo más. Decimotercer gol del grancanario, que le sitúan como máximo goleador de Segunda junto al granadinista Geijo, pese a que Marca le quita, “by the face”, dos goles en su clasificación.

Y el Betis no cejó en su empeño de seguir llegando al área rival, consciente de que el nerviosismo del Tenerife hacía viable la sentencia antes del descanso. Así fue. En el minuto 33 el ex sevillista David Prieto cometió un garrafal error fruto no sólo del estado de tensión que atravesaba el Tenerife, sino también porque los “chicharreros” eran plenamente conscientes de la calidad y contundencia de la delantera bética. El central dio un mal pase en el interior de su área y Emana llegó para hacer el 0-3 y sellar el triunfo de los verdiblancos.

El segundo tiempo no lo pude ver porque tuve que irme a San Pablo para cubrir el Cajasol-Assignia Manresa; pero según cuentan tampoco pasó nada destacado; tan sólo las molestias sufridas por Emana que se han desvelado esta misma mañana, y que le hacen ser duda para el partido de ida de octavos de final de la Copa del Rey ante el Getafe, pasado mañana.

Con el “torneo del K.O.” se despedirá el año futbolístico; un año que, en lo que a Segunda se refiere, termina con el Betis asentado como líder un poco más sólido que la semana pasada, ya que con el empate del Rayo en Elche son cinco los puntos que le separan de los madrileños. Lástima que el Celta no pinchara en casa contra el Salamanca, con lo que la distancia con el primero de los que no ascienden directamente sigue establecida en los seis puntos.

El calendario próximo, ya en los comienzos de 2011, parece sumamente asequible -Nástic y Alcorcón en casa, y Huesca fuera-, con lo que el Betis tendrá una muy buena oportunidad para seguir incrementando las rentas, en previsión de un hipotético mal momento, el que sufren casi todos los equipos en una categoría tan traicionera como ésta. Aunque por ahora -y ojalá que sea así hasta el final- los aficionados béticos tienen licencia y razones suficientes para seguir disfrutando.

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La consagración de “Rakatá”

CRÍTICA TEATRAL

OBRA: El castigo sin venganza
AUTOR: Lope de Vega
COMPAÑÍA: Rakatá Teatro
REPARTO: Mario Vedoya (Duque de Ferrara), Alejandra Mayo (Casandra), Rodrigo Arribas (Federico), Jesús Fuente (Batín), Lidia Otón (Aurora), Bruno Ciordia (Marqués Gonzaga), Jesús Teyssiere (Ricardo), Manuel Sánchez Ramos (Floro), Belén Ponce de León (Lucrecia), Jordi Dauder (Voz en off) y Patricia Kraus (Canción)
DIRECCIÓN: Ernesto Arias
VERSIÓN: Grupo PROLOPE
LUGAR: Teatro Lope de Vega (Sevilla)
DÍA: 17-12-2010
DURACIÓN: 115 minutos
CALIFICACIÓN: * * * * (Sobre 5)

Hace algo más de un año Rakatá Teatro ya me había causado una gran impresión con el montaje de Fuenteovejuna; pues bien, la versión que el Grupo PROLOPE ha hecho de El castigo sin venganza para esta joven compañía y su puesta en escena no han servido sino para confirmarme todo lo bueno que demostraron en su presentación en Sevilla.

Conozco muy pocas versiones representadas de este enorme clásico de Lope, engendrado en 1631, durante su etapa de senectud: la de 2005 de Eduardo Vasco para la Compañía Nacional de Teatro Clásico; otra de Adrián Daumas en 2003 -que circula por Youtube-; y ahora ésta, además de un intento fallido de montaje de quien les habla con sus amigos hace ya como tres años.

Sinceramente, es una verdadera lástima que este texto, esta joya de los Siglos de Oro en España, apenas si se dé a conocer para la enorme calidad que tiene; así que les agradezco enormemente a Rakatá el que lo hayan recuperado para el público en general y para los “lopistas” filólogos en particular, y además de esta forma.

Y eso que esta versión, en mi humilde opinión, tiene fallos visiblemente notables, especialmente el recurso de la narración en off. Este recurso, con el que se pretende reflejar la narración de la novela corta de Matteo Bandello en la cual se inspira Lope, hace que los que apreciamos El Castigo con gran sensibilidad -por lo menos un servidor- comencemos la obra poco menos que horrorizados, ya que el experimento de combinar a los dos “padres” de la historia no puede salir peor.

Qué manera de “cargarse” la presentación del duque -y del argumento en general-, y qué manera de saltarse una escena con parlamentos realmente magníficos, como lo es la primera. De verdad que a uno en ocasiones le entraban ganas de levantarse y “pedirle” a ese narrador que se callara, sobre todo cuando corta la intervención, también en off -cantada y musicalizada-, de Andrelina. Afortunadamente esta metedura de pata no se prolonga durante demasiado tiempo.

Otro error es la inclusión del elemento principal de la escenografía, una serie de columnas que hacen las veces de sauces cuando Federico va a por Casandra, pero que luego sirven más bien de poco y que, en ocasiones, no hacen sino entorpecer la visión del público, parte del cual -los situados en los laterales de las primeras filas- prácticamente se ve privado, por ejemplo, del precioso golpe visual introducido justo cuando concluye la obra. Una escenografía que, en el resto de los detalles, cumple perfectamente.

Son, a mi modo de entender, las “marras” que impiden que la puesta en escena sea redonda al 100%; porque, por lo demás, todo va remontando progresivamente hasta llegar a un tercer y último acto verdaderamente apoteósico. Y gran parte del mérito la tiene Mario Vedoya.

Este veterano actor argentino, afincado en España desde hace años, nos da toda una lección sobre cómo hay que meterse en el papel de un personaje tan rico como el Duque de Ferrara. Vedoya se hace progresivamente, sin exageraciones de ningún tipo, el amo del escenario. ¿Cómo? Clavando el personaje, así de simple, con su presencia en escena, su versificación y sus acertadísimos cambios de registro de voz.

Tampoco le van a la zaga Jesús Fuente y Lidia Otón. El primero, que ya estuvo en el elenco de la Compañía Nacional de Teatro Clásico en 2005 pero en el papel de Ricardo, nos muestra un Batín sobresaliente, en la línea del “gracioso” del teatro áureo español pero con sus dosis de dramatismo, justo como lo ideó Lope para El Castigo. Se notan sus tablas.

De Lidia Otón debo decir que, en principio, dado que hace un año se metió en la piel de Laurencia, me esperaba que fuera quien diese vida a Casandra; pero no es así. Lástima, porque esta gran actriz, descubierta por mí para el teatro en Fuenteovejuna, provoca que Aurora, metafórica pero casi literalmente, se coma a Casandra, a Federico, al Marqués Gonzaga y a todos los que comparten escena con ella, salvo al Duque. Y se los come no porque todos estén mal, sino porque ella lo hace fenomenal.

No obstante, cierto es que la pareja Casandra/Federico se muestra algo irregular. Alejandra Mayo y Rodrigo Arribas son dos jóvenes actores para dos jóvenes personajes; en su juventud quizás vaya implícito alguno de los “pecados” en los que incurren este tipo de actores cuando se les pone por delante un texto clásico. “Pecados” relacionados en primer lugar con la deficiente versificación o dicción del verso de la que adolecen por momentos -un mal que, esperemos, puedan ir puliendo al paso de los años con la ayuda de los veteranos-, y con las lagunas de mantenimiento de la tensión dramática del texto.

Aunque a su favor hay que decir que ambos, en las escenas claves, por lo general dan la talla -tal vez en un tono un poco bajo, eso sí-, y que en los “téte a téte” nos ofrecen una bonita y acertada coreografía de movimientos, muy acorde a lo que el texto va pidiendo y que se extiende también al resto de los personajes en momentos puntuales.

Es un análisis más o menos pormenorizado de una puesta en escena en la que en su inicio te dan ganas de ir preparando los tomates pero que, con su progresiva evolución, te va demandando sacar a hombros a todos sus protagonistas. Acudan a verla si no al “Lope de Vega” sevillano sí donde quiera que vayan; exceptuando los primeros 15 minutos saldrán con la sensación de que pocas veces un tiempo y un dinero pueden estar mejor invertidos.

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Gordillo, nuevo presidente del Betis

Por fin llegó el momento más esperado por el 99,9% de los béticos. El equipo directivo, presidido por Jaime Rodríguez Sacristán y dirigido por Luis Oliver, ha pasado a mejor vida tras la Junta Extraordinaria de Accionistas celebrada en la tarde-noche de ayer, en la que el empresario navarro, dicho sea de paso, no estuvo presente.

Rafael Gordillo, presidente del Betis tras la esperada Junta Extraordinaria. Foto: As

Como se esperaba, el nuevo Consejo de Administración, con carácter provisional a la espera de que la Audiencia Provincial resuelva definitivamente sobre las acciones vendidas por Manuel Ruiz de Lopera, estará encabezado por Rafael Gordillo, uno de los grandes mitos de la historia del Betis, cumpliéndose así la voluntad del fallecido Juan Manuel Gómez Porrúa.

Gordillo se verá acompañado por uno de los otros dos administradores judiciales, José Antonio Bosch -el tercero, Carlos Ruiz de Huidobro ha preferido mantenerse al margen-, por el empresario Miguel Guillén, el ingeniero Pablo Gómez, los abogados Eduardo Gómez y Antonio José Sánchez, y el economista Guillermo Sierra. Manuel Domínguez Plata será el secretario.

Con las resoluciones de esta Junta Extraordinaria se da un paso más hacia lo que se califica como la devolución del Betis a los béticos, como el fin de la dictadura que ha venido saqueando al club durante los últimos 18 años -eso afirman quienes dicen saber mucho de la actualidad del club heliopolitano, pero yo me reitero en no renegar en absoluto de los primeros 13 años-; aunque repito, esto siempre queda a expensas de lo que decida la Audiencia Provincial.

Personalmente, creo que ahora mismo la capacidad individual de Gordillo para presidir y gestionar al Betis es inversamente proporcional al esfuerzo y las ganas que, como bético que es, le va a poner al tema para intentar reflotar institucionalmente a uno de los dos clubes de sus amores. Pero precisamente por eso tanto él mismo como sus dos compañeros administradores se han encargado de rodearle de gente que parece estar perfectamente capacitada para sacar adelante a la entidad.

Desde este humilde espacio, en nombre de la masa social del Betis -loperistas, ex loperistas, antiloperistas y de cualquier otra condición-, le doy muchos ánimos a Gordillo y al nuevo Consejo de Administración, y les deseo toda la fortuna posible en esta extremadamente complicada tarea que tienen por delante; aconsejándoles, eso sí, que en lo deportivo, por favor, se toquen el menor número posible de teclas. Que al final un más que posible ascenso terminará saliendo mucho más rentable que una hipotética e inmediata venta de alguno de los jugadores más caros y destacados del plantel.

No obstante estoy seguro de que Gordillo & “cia” son, ante todo, personas inteligentes y que, en ese sentido, habrán tomado buena nota para intentar llevar en junio al Betis a Primera, por poco dinero que entre Lopera y Oliver hayan dejado en las arcas.

En definitiva, mucha suerte, Rafael; mucha suerte, compañeros del “Gordo”, durante el tiempo que estéis ahí. Porque vuestra suerte no será sino la suerte del Betis, del histórico y centenario club de las trece barras.

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El Betis, más líder (3-1)

El Betis se ha repuesto bien de su último pinchazo ante el filial del F.C. Barcelona. Los verdiblancos, sin demasiadas florituras, han ganado esta tarde al Córdoba por 3-1 y amplían su distancia sobre el tercer clasificado hasta los seis puntos, tras el empate del Celta en Girona.

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Había expectación por ver la visita al Villamarín de los vecinos de la ciudad califal. Pese a estar en los puestos bajos de la tabla, la mala imagen del Betis en el segundo tiempo de Soria y la pájara final del pasado miércoles hacían concebir esperanzas al Córdoba de sacar algo positivo si lograban aguantar durante el primer tiempo.

Pero lo cierto es que el Betis en la primera parte ejerció de líder con la presión asfixiante que tan buenos resultados le ha dado este año, y con la eficacia arriba de la mayor parte de sus encuentros. Hoy los de Mel no han creado tantas ocasiones como contra el Barça Atlético porque el Córdoba no ha salido a jugar de forma tan alegre, pero las que han llegado las han metido.

A ello ayudó la entrada en el minuto 22 de Jorge Molina por el lesionado Miguel Lopes. El lateral portugués se resintió de su lesión y puede haberse roto de nuevo; ojalá que no porque su baja es ciertamente sensible.

Con el famoso “tridente” sobre el campo (Molina-Emana y Rubén Castro) esta vez sí creó el Betis las suficientes llegadas a puerta como para poner en jaque a la numantina defensa del equipo de Lucas Alcaraz. En tres minutos, los que van del 30 al 33, los béticos dieron los dos zarpazos que propiciaron que se retiraran al descanso con una clara ventaja de 2-0.

Primero Jorge Molina recibió dentro del área un buen pase de Salva Sevilla y, con algo de fortuna en su control, batió a Raúl Navas con la frialdad propia del que ostenta el título de máximo goleador de la pasada campaña. Sexto gol del alcoyano en la actual temporada. Y tres minutos más tarde, un centro-chut de Iriney desde la derecha se coló, más o menos a lo Goicoechea en el Mundial 1994, por la escuadra del portero cordobesista.

En la segunda parte el Córdoba tuvo que cambiar de portero puesto que Raúl Navas se lesionó -y puede que de gravedad- tras un involuntario pisotón en su rodilla de Jorge Molina. Los 3-4 minutos que estuvo el partido detenido parecieron sentarle mal al Betis, puesto que justo tras reanudarse el juego, después de un córner a favor el equipo bético perdió el balón y el Córdoba montó una contra letal que finalizó con el gol de cabeza de Jonathan Sesma, a centro de Oriol Riera.

El gol enfrió los ánimos de la grada que, temerosa, pensó momentáneamente que la historia del pasado miércoles podría repetirse. Más aún cuando el medio campo del Betis comenzó a dar ciertos síntomas de cansancio, algo lógico teniendo en cuenta que tanto Iriney como Beñat estaban “tocados”.

Pero esta vez el Betis tuvo, en la definición, la fortuna y el acierto de los que carecieron frente al filial azulgrana. A los 72 minutos un centro desde la izquierda de Salva Sevilla fue rematado a gol, quién si no, por Rubén Castro, aunque el delantero canario contó con la colaboración involuntaria de Alberto, el sustituto de Navas, ya que el balón de Rubén, tras dar en el larguero, golpeó en la espalda del meta del Córdoba antes de entrar.

El 3-1 le dio una cierta tranquilidad ya al Betis, y Pepe Mel se pudo permitir el lujo de reservar en los últimos minutos tanto a Iriney como a Emana. No es para menos; el próximo sábado espera una nueva batalla en Tenerife y, dado que Beñat será baja por acumulación de amonestaciones, el resto de hombres debe estar lo más descansado posible.

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El último “drive” de Carlos Moyá

MI PARTICULAR MEMORIA DEPORTIVA (17)

Sé perfectamente que, por desgracia, ésta no es la noticia deportiva del día; pero de la llamada “Operación Galgo” ya hablaremos en su momento, cuando la investigación vaya siguiendo su curso, se vaya asentando y continúen saliendo nombres. Mi artículo de hoy pensaba dedicarlo a Carlos Moyá, y no voy a cambiar de idea porque probablemente sería muy injusto con el ya ex tenista mallorquín.

Se nos ha retirado de forma oficial uno de los deportistas españoles más grandes de la historia reciente. “Apartado” en un segundo plano desde hace años por su edad -34 actualmente- y por la irrupción del “terremoto Nadal” -que, como es lógico, todo lo puede y todo lo eclipsa-, el tenis nacional le estará eternamente agradecido a Moyá por el enorme beneficio que le ha brindado, tanto dentro como fuera de las pistas, durante sus quince años de carrera profesional; una carrera que esta noche ha llegado a su fin tras ser derrotado por David Ferrer (7-6, 6-3) en el Master Nacional/Copa de S.M. El Rey, que hoy ha comenzado en el Palacio de los Deportes de San Pablo, en Sevilla.

Su última lección
Y lo ha hecho de una forma más que digna, tras un partido que nos ha divertido mucho a todos los espectadores que hemos estado allí presentes. Disfrutar y hacer disfrutar a la gente; esa ha sido desde siempre la máxima de Moyá, y eso mismo es lo que tanto el mallorquín como Ferrer han cumplido a rajatabla.

Especialmente en un primer set que nos ha permitido ver los últimos grandes puntos de la vida tenística de Carlos, que con golpes de derecha, de revés, y también con globos y dejadas nos ha puesto en pie en varias ocasiones, obligándonos a aplaudir casi a rabiar, y también a hacer la ola.

Y como Ferrer no se quedó atrás, todo se resolvió en el “tie-break”, un desempate ciertamente extraño. El mallorquín tuvo cinco bolas de set (1-6), pero entonces renació el alicantino no sólo para enjugarlas todas sino para hacerse con la manga por 7-6, con 8-6 en el juego decisivo.

En el segundo set, pese a recuperar un “break”, Moyá acusó tanto los años como la inactividad -llevaba sin jugar desde mayo por culpa de una lesión-, y Ferrer lo aprovechó para ganar por 6-3, pasar a semifinales y despedir con un fuerte abrazo a su amigo, que hizo lo propio con unos aficionados, los sevillanos, que siempre le hemos querido como si fuera uno de los nuestros.

Australia 97: como un elefante en una cacharrería
Rememorando lo que ha sido su carrera, aún recuerdo, allá por enero de 1997, a un chaval de apenas 20 años, desconocido para casi todo el mundo, que apareció en la élite del circuito profesional con un juego y un estilo sumamente descarados y desenfadados que le llevaron a ser el segundo español, tras Andrés Gimeno, en llegar a una final en el Open de Australia.

Carlos no pudo con el gran Pete Sampras, pero sentó las bases para “atacar” en años posteriores los grandes torneos, además de ganarse al público español con su sorprendente “hasta luego, Lucas” en el Rod Laver Arena de Melbourne.

Su progresión como tenista, basada principalmente en la consolidación de su “drive” o golpe de derecha, y la mejora progresiva de otros aspectos -como el revés, especialmente el cortado-, le llevó en 1998 a ganar Roland Garros y a jugar la épica final del Masters, ambos logros con su amigo Álex Corretja al otro lado de la red; y también a las semifinales del US Open y a hacerse con el Masters 1000 -por entonces “Torneo Super 9”- de Montecarlo.

Pero no fue hasta los inicios de 1999, tras el torneo de Indian Wells, cuando consiguió no su mejor triunfo pero sí el más simbólico: ser número 1 del mundo. Sólo estuvo dos semanas al frente del ránking de la ATP, pero esos quince días le sirvieron para pasar a la historia como el primer español en ser número 1 del mundo en la “era Open”.

Fue, no obstante, el inicio de un período decepcionante para él, ya que desde ese momento comenzó a bajar posiciones en la ATP; y en diciembre de 2000 recibió un duro golpe al quedarse fuera del equipo que, días más tarde, se haría con la primera Copa Davis para el tenis español.

La Davis, su principal objetivo
Desde entonces, la popularmente conocida como “Ensaladera” se convirtió en el objetivo número uno para Carlos, quien recuperó buena parte de su excelente nivel entre 2002 y 2004, período en el que consiguió triunfos señalados como los Masters 1000 de Cincinnati (2002) y Roma (2004), o el Conde de Godó (2003); pero la Davis siempre ocupó un lugar primordial en sus preferencias.

Estuvo a punto de lograrlo en la célebre final -por motivos ajenos al deporte, como todos recordamos- de 2003 en Australia. En el mismo lugar que le lanzó a la fama seis años antes, un Rod Laver Arena esta vez con la hierba como superficie, Carlos derrotó en la primera jornada en cuatro sets al subcampeón de Wimbledon de aquel año, Mark Philippousis; pero se quedó con las ganas de jugar el quinto y definitivo punto porque Ferrero, al igual que había ocurrido en la jornada inicial contra Hewitt, perdió en cinco durísimos sets ante Philippoussis, quedando la final sentenciada con el 3-1.

Al año siguiente, por fin, se desquitó ante Estados Unidos, en la no menos célebre final de Sevilla, que tuvo por escenario el Estadio Olímpico de La Cartuja. Fue la final de los baleares: Rafa Nadal, “alumno” de Moyá, se mostró definitivamente al mundo; y Carlos ganó sus dos puntos, el primero ante Mardy Fish; y el segundo, el que dio el título a España, ante Andy Roddick. La Copa Davis, por fin, también estaba en su palmarés.

A partir de ahí los años y las lesiones hicieron mella en su rendimiento y, aunque volvió al “Top 20” en 2007, nunca volvió a ser el mismo. Poco a poco fue preparando su retirada definitiva; y ésta, anunciada ya hace algunas semanas, se ha oficializado esta noche. Y yo, con el paso de los años, podré presumir de que estuve “in situ” en San Pablo para presenciar su último “drive”, su última lección sobre una pista de tenis.

EDITO (11-12-2011): María José Martínez y David Ferrer se han proclamado hoy campeones del Masters Nacional en las categorías femenina y masculina, respectivamente. La crónica de un servidor sobre ambas finales la pueden ver en Diario Siglo XXI.

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El Betis regala sus primeros puntos en casa (2-2)

El Benito Villamarín ya no es totalmente inexpugnable. El Betis dejó escapar un partido que tenía absolutamente controlado, y cedió ante el Barcelona Atlético su primer empate casero (2-2) en el partido aplazado de la 14ª jornada en Segunda División. Los béticos aventajan ahora al Rayo en tres puntos, y al Celta en cuatro.

Parece hasta cierto punto lógico que el equipo que ha acabado con el pleno verdiblanco en casa haya sido el filial del Barça. No en vano, pese a no poder disponer de los Fontás, Bartra, Jonathan Soriano o Víctor Vázquez -todos ellos utilizados por Guardiola un día antes en la Champions frente al Rubin Kazan-, el Barcelona Atlético, cuarto clasificado, sigue contando con jugadores de gran calidad, como corresponde a la mejor cantera del mundo en la actualidad. Pero no de este modo.

Porque el empate concedido por el Betis ha sido, visto cómo se ha desarrollado el encuentro, un verdadero regalo de Reyes por adelantado. Los de Mel gozaron de multitud de ocasiones para haber goleado a los jóvenes cachorros de La Masía, pero ayer los atacantes béticos -en especial Emana- tenían la pólvora mojada, y los barcelonistas lograron, en cinco minutos, igualar un 2-0 y “pescar” en un partido que ni por asomo veían que iban a poder empatar.

El Betis, que recuperaba a Beñat, salió muy decidido y se adelantó muy pronto. Mel renunció al “tridente” en favor de un mejor juego por las bandas, y a los siete minutos Salva Sevilla dio un excelso pase en profundidad a Rubén Castro, y el goleador heliopolitano marcó el 1-0 tras batir con mucha calidad a Masip. Desde ahí hasta el final del primer tiempo, carrusel de llegadas béticas ante un Barça B que sólo dispuso de una ocasión, bastante buena eso sí, a pies de Nolito.

Emana comenzó su particular divorcio con la puntería con un taconazo que salió lamiendo el palo, y con una llegada prácticamente sin fuerzas ante Masip, que sacó el disparo del camerunés. Rubén Castro también tuvo la suya, cuando el meta barcelonista le sacó un disparo a bocajarro tras centro de Miguel Lopes.

Las cosas no pudieron empezar mejor tras la reanudación. Después de un córner rechazado por la defensa culé, el balón le llegó a Beñat que la colgó al segundo palo y Roversio, que todavía andaba por allí, controló y batió a Masip con una serenidad increíble. Dos a cero y un Betis que estaba siendo infinitamente mejor que el filial azulgrana.

Mucho debían cambiar las cosas para que un nuevo triunfo no se quedara en Villamarín. Es más, todo tenía pinta de que, vista la pegada que caracteriza al Betis esta temporada, algún que otro gol más caería en la portería de Masip. El 3-0 pudo llegar si Martínez Munuera hubiera pitado un claro penalti de Muniesa a Salva Sevilla, pero el colegiado valenciano hizo caso omiso ante el derribo del central culé.

Una vez más, quien perdona lo paga
Pero no ocurrió así, y el Barça Atlético aprovechó la excesiva piedad que principalmente Emana tuvo con ellos para aguar la fiesta a la parroquia bética de forma increíble e inadmisible. Nacho estaba cuajando un partido soberbio; pero se despistó una vez y le costó muy caro. Montoya, lateral derecho visitante, aprovechó el pasillo dejado por el malagueño para correr la banda y centrar hacia Nolito, que cabeceó a la red picando el balón al palo contrario de Goitia con mucha habilidad.

Era el minuto 80, y el gol del sanluqueño propició que los nervios, que estaban a flor de piel antes del tanto, salieran en estampida. Tanto que el Betis, cinco minutos más tarde, cometió una serie de fallos impropios de un líder. El despropósito general de los centrocampistas y defensas béticos culminó cuando Isidoro y Roversio por un lado, y Goitia por el otro, no se pusieron de acuerdo en un balón raso y Oriol Romeu metió la puntita de la bota para hacer un empate que dejó entre estupefactos y cabreados a los aficionados que, tanto en el campo como en la televisión, seguían las evoluciones de los verdiblancos.

Un error en bloque que costó muy caro; un error en bloque que hace que los inmediatos perseguidores del Betis en la clasificación tomen aire pensando que el equipo de Pepe Mel ya no es el conjunto inabordable de hace algunas semanas. Dos partidos de los tres últimos perdidos por los propios errores y una mala racha de juego que dura ya varias jornadas así parecen atestiguarlo. Esperemos que el próximo sábado no se encargue el Córdoba, otra vez en Heliópolis, de darles definitivamente la razón.

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El Betis sobrevive en Soria (1-2)

El Betis ha conseguido esta tarde un importantísimo triunfo en otro de los campos complicados de la categoría, “Los Pajaritos”. El equipo de Pepe Mel -que vio el partido en las gradas por sanción- se ha impuesto al Numancia por 1-2 en un partido que tuvo que remontar pero que también jugó en superioridad numérica durante más de una hora.

Desde el inicio el Numancia, en un estadio casi helado pero en el que se podía jugar, planteó el partido yendo a buscar a su rival que, como en anteriores semanas, había comenzado un poco frío, nunca mejor dicho esta vez. Los sorianos aprovecharon el despista defensivo de los béticos para generar ocasiones casi desde el comienzo. Barkero estrelló un remate franco en el larguero y Dimas mandó al poste un tiro lejano.

Así tenía que llegar el gol de los locales; y lo hizo a los nueve minutos, uno más tarde de que Emana también probara el poste de la otra portería. Una falta lateral fue rematada por Nano ante una defensa que, literalmente, se “comió” la jugada de estrategia. Todo parecía ir por los mismos derroteros que la pasada temporada, cuando sobre un campo igual de helado el Numancia pasó por encima de los verdiblancos.

Pero si algo tiene este Betis es calidad y pólvora arriba. Emana, que reapareció providencialmente un mes después de su lesión, realizó a los 21 minutos una de sus potentes arrancadas por la izquierda. Cuando Jorge Molina recibió su pase raso y se disponía a marcar, el soriano Pavón le trabó. Penalti, expulsión, y gol del camerunés. Empate y setenta minutos de superioridad, que muy pronto se plasmarían en el marcador.

Seis minutos más tarde un centro desde la derecha de Isidoro lo remató Nano contra su meta; el portero local rechazó y Rubén Castro, oportuno como siempre, marcó en la boca del gol el definitivo 1-2. Décimo gol para el delantero canario, que todavía pudo haber marcado otro si no llega a ser porque el árbitro, el pésimo -como tantos otros- Bernabé García, le anuló más tarde un tanto por una mano que sólo existió en su imaginación, y que previamente había dado por válido.

En el segundo tiempo el Betis no hizo un buen partido. Pese a jugar con un hombre más sólo Emana llevó peligro a la portería local, y el Numancia hizo méritos para empatar. Los sorianos rondaron de forma casi constante la portería de Goitia y pudieron marcar a pocos minutos del final, pero primero Nagore cabeceó al larguero -el tercer poste del Numancia-, y en el rechace Del Pino remató fuera de forma acrobática a dos metros escasos de la línea de gol.

Con suerte y pegada la victoria, una más esta temporada, acabó yéndose para Sevilla y los béticos afianzan su liderato -con un partido menos- a la espera de que jueguen el Rayo y el Celta.

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